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Como ya se volvió costumbre, el ganso se “voló la barda” con aquello de que no va lanzar a la hoguera a ningún responsable de la masacre de 39 indocumentado en una cárcel de Migración en Ciudad Juárez a pesar de que las responsabilidades son evidentes, pero al mismo tiempo en esa misma hornaza de Palacio Nacional, puso a los medios “amarillistas” que detallaron los acontecimientos y dieron a conocer que aquello fue un crimen.

Las evidencias grabadas echaron por tierra la versión inicial del mesías tropical que declaró sumariamente como un suicidio colectivo la tragedia “los mismos migrantes colocaron colchonetas en las entradas y les prendieron fuego”, dicho del profeta que no duró más de 10 horas en que surgieron videos donde se vio a las claras lo sucedido.

Solo hubo una colchoneta apagada y se evidenció que los guardias no acertaron a seguir ningún protocolo: dejaron las rejas de esa cárcel con los candados puestos y se largaron, dejando a su suerte a los 68 migrantes de los cuales se salvó la minoría, pero con heridas y lesiones graves por fuego y humo, encerrados sin escape y ni una posibilidad de ventilación en esa mazmorra sin aire.

Insiste en acusar a los medios. Ya sólo le falta declarar por medio de la “profunda investigación” realizada por la Fiscalía del pies fríos Alejandro Gertz Manero, que los migrantes se encerraron a sí mismos, aventaron la llave y se suicidaron para no ser regresados a los “paraísos” de donde salieron huyendo como Venezuela.

De tal suerte que el inepto y corrupto Francisco Garduño Yáñez, titular del Instituto Nacional de Migración ni la cara da y si no fuera por los medios, poco se sabría de lo ocurrido por aquello de que el gobierno del mesías tropical es el más opaco, no rinde cuentas y siempre tiene “otros datos” incluso contradictorios a la realidad.

Don son los ejemplos de ello en materia migratoria: uno, que, bajo la gestión del inútil, pero “honrado” Paco Garduño, el INM se gasta más de tres veces lo asignado en el presupuesto de Egresos de lo cual, no da cuenta a nadie ya que por “seguridad nacional” no se revela en que se gasta ese dinero.

La propia Auditoría General de la Federación es la que señala el sobregiro de gastos del Instituto que, de acuerdo con el nuevo vocero presidencial, José Alejandro Solalinde se transformará en una Coordinación Nacional de Asuntos Migratorios, como si con ello se terminara la corrupción que ahí priva y que el propio sacerdote alguna vez denunció y hoy solapa y justifica cínicamente.

Es el mismo clérigo que en la subliminación del servilismo acusó a Calderón y Fox de ser culpables de la tragedia. Mejor hubiera dicho que la culpa es de los medios, como dice su patrón.

Lo cierto es que de ahí sale para pagar contratos a una empresa particular de seguridad propiedad de Elías Gerardo Valdés, cónsul honorario de Nicaragua en Nuevo León y Coahuila donde “representa” los intereses del dictador Daniel Ortega.

A este sujeto que en dos años se le adjudicaron de manera directa, sin licitación ni convocatoria alguna, contratos por más de tres mil millones de pesos, incluyendo la “seguridad” de las instalaciones del INM, tampoco se le toca. Es más cuando le pregunta al profeta cuatrotero acerca de este sujeto y de Garduño Yáñez, se molesta, dice que no los va a quemar en la hoguera y será la investigación de la FGR la que determinará responsabilidades.

Pero no hay culpables, no existen renuncias y una vez más se nota el manto protector de Palacio Nacional para dar impunidad a los suyos, sin explicar en qué se gastó el presupuesto del INM donde las carencias llegaron hasta la falta de agua para beber o el papel de baño para los migrantes.

Lo cierto es que a los dejaron morir, de eso hay pruebas y aun así al final quedará en un acto más de impunidad con el cual se demuestra que en la administración del caudillo de Tepetitán, no son iguales, son peores en corrupción, cínicos e incapaces. Es decir, cómplices de la nueva mafia en el poder

Por AL PE

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