Este mes de septiembre que vivimos y viviremos, será crucial para determinar qué deseamos como proyecto de nación, y para reavivar el sentido de pertenencia y el concepto de patria.
Todos los mexicanos cargaremos con el costo de la sumisión de los legisladores sumisos al Poder Ejecutivo -dando la espalda a sus funciones constitucionales-, o agradeceremos el valor de los que, con razón en sus argumentos, defiendan los intereses reales de los electores, de sus familias -pues sus hijos o nietos los verán a los ojos- no los mostrados en una elección fraudulenta, por más calificada que esté y a pesar de la declaratoria de presidenta electa.
No requerimos que sean continuadores del ejemplo de los Niños Héroes (hayan o no existido, pero que por generaciones fueron forjadores del sentimiento de pertenencia), se envuelvan en la bandera y se arrojen al vacío, sino que sepan hacerse presentes cuando la historia, la nación, el sentido común los reclama. ¿O será que son partidarios de la república bolivariana, y ni cuenta se dieron de que, efectivamente y como advirtieron desde 2006, resultó un peligro para México?
Recordemos para nosotros y para los legisladores cuya responsabilidad es darnos un futuro, las funciones del Congreso Federal. De la página Justia México les comparto: “De acuerdo con el artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el derecho a iniciar leyes o decretos compete a los Diputados y Senadores al Congreso de la Unión.
“En cuanto a su función legislativa el Congreso de la Unión tiene facultad no sólo para iniciar leyes, sino también para modificar las leyes vigentes.
“Además, la Constitución otorga facultades al Congreso, las cuales se encuentran en el artículo 73. Estas funciones son de carácter legislativo, de control, políticas, electorales, presupuestarias, administrativas entre otras.
“Es importante señalar que la función de control del Congreso de la Unión consiste en inspeccionar, fiscalizar, comprobar, revisar y examinar las actividades que lleva a cabo el Ejecutivo”.
Que recuerde, en ninguna ocasión han hecho uso de esta atribución, de esta responsabilidad, y a aquellos legisladores que levantan la voz, los encarcelan y/o los asesinan. Imposible olvidar a Belisario Domínguez, a Francisco Field Jurado. ¿Será que hacen falta los traidores y mendaces, como Javier Corral, o los adelantados que entran a caballo al recinto legislativo, como Alfonso Ramírez Cuéllar, o el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña?
Sólo ahora constataremos de qué están hechos los legisladores que calientan escaños y curules desde el último primero de septiembre.