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POR CARLOS JARAMILLO VELA
México 2024: el comienzo de una dictadura.
México vive hoy una compleja situación a consecuencia del ejercicio
gubernamental desplegado por los gobiernos morenistas. El difícil escenario en el
que se encuentra nuestro país es producto de la errónea y perversa conducción
política que han tenido, el mandatario inmediato anterior, Andrés Manuel López
Obrador, así como su discípula y sucesora, Claudia Sheinbaum, actual presidenta
de México.
El responsable original es el expresidente Andrés Manuel López Obrador, pues al
final de su gobierno impuso de manera abusiva una serie de iniciativas de
reformas constitucionales, concebidas para destruir las bases democráticas y
liberales de la República, que a México le llevó tiempo construir. Secundando tal
acción, y bajo los mismos modos que su mentor, la presidenta Claudia Sheinbaum
ha sido su cómplice, al permitir e impulsar la culminación de dichas reformas,
mismas que además son inconstitucionales porque contravienen y trastocan en
forma severa varios principios esenciales de nuestra Constitución, como la división
de poderes y la imparcialidad judicial, y anulan diversas libertades cívicas y
derechos humanos, como los de acceso a la información y al debido proceso
judicial, entre otros.
El resultado de este mal intencionado ejercicio gubernamental es hoy evidente:
juristas, académicos, intelectuales, periodistas, analistas políticos, empresarios,
actores políticos, asociaciones civiles, e incluso observadores extranjeros y
organismos internacionales coinciden en señalar el perjudicial retroceso jurídico-
político-económico que dicho deterioro constitucional le ha causado a México, así
como el daño que esto implica en términos de justicia, democracia, derechos
humanos, libertades ciudadanas, competitividad económica -atracción de
inversiones- y comercio internacional. Hoy México se encuentra atropellado por el
autoritarismo. A través de los poderes Ejecutivo y Legislativo, Claudia Sheinbaum
y Andrés Manuel López Obrador (verdadero mandante) han establecido material y
formalmente una dictadura, su próximo paso parece ser la creación de un Estado
totalitarista.
Estas antidemocráticas acciones que vulneran la médula de nuestra
institucionalidad nacional no son de la autoría intelectual de la presidenta
Sheinbaum, y tampoco son fruto de las mentes del senador Adán Augusto López y
el diputado Ricardo Monreal, sin embargo, los tres son operadores-ejecutores de
las mismas. Estos autoritarios hechos consumados son obra y resultado de un
proyecto político-ideológico transexenal, que en consonancia con la organización
internacional izquierdista del Foro de Sao Paulo, fue concebido por Andrés Manuel
López Obrador, quien con el fin de concretarlo sigue girando instrucciones desde
su retiro. Son innegables la fidelidad y culto que sus correligionarios rinden al
expresidente, pues aún en el retiro éste continúa siendo “la mano que mece la
cuna” en México, a través de funcionarios y gobiernos de MORENA.
La obediencia ciega hacia López Obrador se explica por la fanática veneración
que algunos morenistas sienten por él, al ser el gran benefactor de sus carreras
políticas, en virtud de que éste en pocos años logró fundar un nuevo partido
político, así como ganar bajo sus siglas la elección presidencial del país, llevando
a muchos de sus correligionarios a altos puestos del poder. Sin embargo, el
expresidente no solo cuenta con la lealtad de algunos de sus camaradas de lucha
política, sino también con el servicio incondicional de su hijo, Andrés Manuel
López Beltrán, a quien con el fin de asegurar la conservación del control político
en el país, días antes de concluir su gestión presidencial el exmandatario colocó
como Secretario de Organización de MORENA, para que el vástago cumpla el
encargo consistente en representar personalmente a su padre, así como
comunicar las indicaciones de éste y vigilar el cumplimiento de las mismas, tanto
ante las estructuras y militancia del partido, como frente a los coordinadores de los
diputados federales y senadores -Ricardo Monreal y Adán Augusto López-, y ante
a la misma presidenta Claudia Sheinbaum.
Aunque quisiéramos que la circunstancia actual fuera distinta, la lamentable
realidad nos obliga a reconocer que la élite de MORENA ha logrado infligir un
enorme daño a México, al dar inicio a la instauración formal de un régimen
dictatorial nulificando el Estado de Derecho, la justicia, la libertad y los valores que
definían nuestra identidad como República democrática. La oligarquía que hoy
detenta los poderes públicos en nuestro país ha comenzado a ejercer una
dictadura sobre todos los mexicanos. Se han adueñado del destino de nuestra
nación, prostituyendo nuestra Constitución y nuestras leyes al tergiversarlas a su
antojo. No debemos permitirlo; la patria no es solo de ellos, nos pertenece a todos.
Nadie puede arrebatarnos nuestra dignidad, ni nuestras libertades y derechos.
carloshjaramillovela@yahoo.com
Miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, A.C.