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HABLANDO Y ESCRIBIENDO
POR ERNESTO AVILÉS MERCADO*
El fiscal zona centro Heliodoro Araiza Reyes, encubre diversas irregularidades que se presentan en la unidad de delitos contra la integridad física y daños, que están generando impunidad en carpetas que se trabajan en una de las salas del Tribunal Superior de Justicia, además de propiciar que en oficios enviados directamente de diversos jueces penales, a la titular de la unidad Adriana Eloísa Madrid Cedillos, no sean contestados, a pesar de haberlos recibido, desde el 13 de Mayo y el 17 de Octubre del presente año.
El primer oficio dirigido y firmado por el juez Jorge Napoleón Rayas Valdez, y recibido en la unidad, le hace del conocimiento que existe un aparato telefónico asegurado dentro de la causa 1353/2024, del cual se cuenta con cadena de custodia firmada, pero que no ha sido entregado al Ministerio Público que lleva el procedimiento, por haber sido reasignado a la unidad de delitos contra la vida y que es determinante para la teoría del caso del MP, por el nexo causal que se pretende acreditar en un juicio que se lleva por el delito de tentativa de homicidio agravado.
En este primer requerimiento del juzgador Napoleón Raya, con número de oficio 19834/2025 la responsable de la unidad Adriana Eloísa Madrid Cedillos, no le dio contestación y lo ignoró por completo.
Continuando con la secuela del proceso, y en vísperas del desarrollo de la audiencia intermedia y ante la salida del extraordinario juzgador Raya, el novel juez Sergio Chaparro Varela, quien lo sucedió con la carpeta penal, con un brillante futuro en la judicatura, a solicitud del asesor jurídico, nuevamente le pide a la coordinadora, por escrito, mediante oficio 32361/2025, le informe a la brevedad posible, respecto del paradero del teléfono celular asegurado por una agente del ministerio público adscrita a su unidad,- desde el 08 de abril del 2024- , señalando al final de su oficio, que la misma solicitud se había realizado en audiencia de fecha 07 de mayo de la presente anualidad, sin que se haya recibido respuesta por parte de la unidad o de la representación social.
Como en la anterior ocasión, la solicitud del juzgador fue bateada por la coordinadora; es decir, fue ignorada y nunca contestada.
En la primera omisión que fue planteada en la oficina del fiscal Heliodoro Araiza, tuvo como respuesta un oficio, donde se hacía del conocimiento de asuntos internos el hecho, exhortándolos para que se iniciaran las investigaciones correspondientes; el efecto que tuvo, fue semejante al resultado de los oficios enviados: absolutamente nada.
En la segunda omisión, ya no fue posible localizar al fiscal, por cuestiones docentes del maestro Araiza, y estar atendiendo asuntos de su despacho particular.
Esta omisión ha tenido repercusiones importantes, tanto en el proceso como también en la forma en que entendemos los integrantes del foro jurídico como litigantes, la nueva forma de coordinarse la fiscalía con el Tribunal Superior de Justicia.
Si el mentirle a un juez o un tribunal, es una acción sumamente grave, porque la credibilidad y prestigio del abogado, radica en su honestidad e integridad, que pasa entonces cuando una coordinadora del Ministerio Público como lo es Adriana Eloísa Madrid Cedillos, no solo no atiende un oficio requerimiento de un superior como es un juez penal, sino que lo ignora por completo, no una ocasión sino en dos y con evidencia por escrito.
Recientemente, el propio fiscal Heliodoro Araiza, destacaba el trabajo de Adriana Eloisa Madrid Cedillos, al frente de la unidad, al rescatar más de 13 millones de pesos como reparación del daño, de enero a octubre del 2025, pero no dijo nada de los miles de pesos que se extraviaron de esa misma unidad, que los imputados entregaron en efectivo y que fueron sustraídos, sin que se haya abierto ninguna carpeta de investigación, sin que se haya devuelto cantidad alguna, como tampoco ninguna sanción a los responsables, quedando en una gran impunidad.
En la reconstrucción del Nuevo Poder Judicial, donde las autoridades han exhortado a la comunidad jurídica para que manifestemos opiniones, sugerencias, quejas y hasta denuncias, es importante que se les diga a los juzgadores, que sus órdenes son para cumplirse, que pueden atacarse, pero una vez firmes tienen que acatarse.
En las vísperas de una renovación política de cargos de elección popular, para nadie medianamente informado, es desconocido que el fiscal general Cesar Jauregui Moreno, aspira a convertirse en alcalde de la capital y que muy probablemente el fiscal zona centro Heliodoro Araiza Reyes, pueda sucederlo en el cargo, lo que vendría a darle un gran lustre a la institución, ya que el catedrático de la FADER con el máximo grado académico, es reconocido por propios y extraños, como uno de los muchos maestros realmente extraordinarios, con una gran capacidad y elocuencia para transmitir sus conocimientos, no solo en esta entidad, a nivel nacional, sino allende nuestras fronteras.
De llegar a concretarse, ojalá y sepa rodearse, como hasta ahora en sus oficinas de la fiscalía zona centro, de funcionarios capaces y con gran sensibilidad humanista para cubrir sus permanentes ausencias, aunque se tienen también esperanzas de que al tener su despacho privado a solo dos cuadras de las oficinas de la fiscalía general, pueda tener oportunidad de desplazarse cuando sea requerido de urgencia.
El juicio oral de esta causa, iniciará el próximo martes, y aunque el resultado no es previsible, lo único seguro es la indolencia del fiscal y su coordinadora.
*ABOGADO LITIGANTE, MIEMBRO DE LA FECHCA, DE LA AECHIH Y DEL COLEGIO DE JURISTAS JORGE MAZPULEZ PEREZ
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