Abdalá Bucaram duró sólo seis meses en el poder, hasta que el Congreso Nacional ecuatoriano declaró su incapacidad mental para gobernar. Después fue procesado penalmente por corrupción, convirtiéndose en un ícono de los presidentes latinoamericanos de esa especie. Pero “El Loco” Bucaram hizo otras travesuras que, a lo mejor, a usted le suenan.
Se decía representante del pueblo llano, de los humillados. En su campaña buscó el apoyo de segmentos empresariales para tranquilizar a la inversión extranjera, recibir el apoyo del sindicalismo y dar esperanzas a las clases medias asalariadas respecto a la conservación de sus empleos.
Para más coincidencias con lo ocurrido en México se declaró antineoliberal y en su mandato inició el desmantelamiento y la venta de empresas públicas, haciendo todo lo contrario a lo que prometió. Elevó las tarifas de combustibles y de los servicios básicos y, de acuerdo con analistas de Ecuador, siempre denunció la corrupción de sus antecesores sin voltear a su entorno y, ni por asomo, referirse a la suya.
Echado del poder por sus locuras. Él dijo que fue la mafia política
Y aunque parezca de risa loca, los millones de dólares que recibía por peculados, sobornos, chantajes, fraudes y recortes presupuestales, los guardaba en la cisterna del baño de su oficina particular, según relataron sus ayudantes de cuerpo y diversos paniaguados que ejecutaban sus órdenes en los tiempos dorados.
Hay que revisar aquí, entonces, el WC del bien llamado “Rey del Cash”
La basura electoral de las precampañas aún está a la vista en decenas de ciudades y pueblos de la República.
En el tramo del Paseo de la Reforma ubicado dentro de la alcaldía Miguel Hidalgo, el morenista Miguel Torruco, hijo del inútil secretario de Turismo de la Federación, tiene papeles con su imagen detallando su aspiración a gobernar esa jurisdicción ¡hasta en los árboles!, lo que está prohibido no solo por la legislación electoral, incluso por la lógica que aboga por la protección a la naturaleza.
Fue precampaña, ¡ahora imagínese si es que llega a hacer campaña!
Ya compré medio kilo de maíz palomero. Sólo estoy esperando la fecha para presenciar el debate a tres caídas que dos gigantes de la pedagogía van a protagonizar en el noticiero de Joaquín López-Dóriga, para ponerlo en una cazuela con aceite. Poco aceite, eso sí.
En una esquina estará el retador Aurelio Nuño, con calzones tricolores.
Y en la opuesta el retado, Marx Arriaga, con boxers guinda.
No me negará usted que va a tratarse del gran espectáculo de este soso año electoral.
Sí, el titán que fue un rato titular de la SEP en el corrupto sexenio pasado es el mismo a quien una niña de primaria corrigió y le dijo que no se dice “ler”, sino leer.
El segundo es el autor de los ideologizados libros de texto para escolapios de enseñanza básica que, en muchas escuelas, aún en las públicas, los maestros no utilizan.
¿Qué aprenderemos de ese match?
Nada.
Solo hay que estar atentos para ver quién es el primero que tira la toalla.
Una más: Mi felicitación y solidaridad con “El Teacher” López-Dóriga ante los estúpidos requerimientos del INE morenizado.
Insinuar siquiera que Xóchitl Gálvez necesita pagar para ser entrevistada o que el periodista cobra por ello más que una pendejada es una canallada.
¡Bien por haber roto en vivo y a todo color los papeles de esa infamia!