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La relación del ganso de Macuspana con el gobierno de Estados Unidos puede ser buena, pero al parecer, no es lo mismo con las agencias de seguridad de aquel país, especialmente la DEA y el FBI quienes se desempeñan con cierta independencia del Ejecutivo.

Tan es así que el mismo presidente estadunidense ni su familia están exentos del escrutinio, mucho menos los ajenos como es el caso no sólo de los criminales sino los políticos mexicanos o de cualquier otro país como Venezuela donde inopinadamente pueden dar un zarpazo.

De ello hay muchos ejemplos. Por eso no resulta raro que quien presume saberlo todo, ignore el operativo de entrega o captura de los delincuentazos mexicanos, Ovidio Guzmán López y “El Mayo” Ismael Zambada contra quien a pesar de existir ordenes de aprehensión, el caudillo confianza que nunca tuvo como objetivo su captura. Empero, por ley, la Fiscalía General de la República debió aplicarse para cumplimentar el mandato judicial, pero no lo hizo.

En ambos casos en los que, además, confiesa negligencia el propio sabelotodo, la Drug Enforcement Administration si estaba muy interesada lo mismo que el Departamento del Tesoro, tanto que existía una recompensa de 30 millones de dólares por su captura y no pasó desapercibida la actuación del gobierno mexicano en este tema que resultaba prioridad para los estadunidenses.

Pero, además, de ninguna manera podrá olvidar la DEA el hecho de que el propio mesías tropical negara la existencia de narco laboratorios en territorio azteca y con ello la producción de fentanilo procesado casi en exclusiva por el cartel de Sinaloa y exportado a la Unión Americana donde se contabilizaban más de 100 mil muertos por el consumo de ese tóxico hasta 2023. No fue una sino varias las ocasiones incluso ante evidencias que el profeta de la 4T negara la fabricación de la droga.

A tanto llegó su insistencia que intentó culpar a China de ello y solicitar al gobierno de Beijin que evitara la exportación de los precursores a nuestro país que entra por las aduanas custodiadas por la secretaria de Marina de manera “inexplicable”, especialmente por Manzanillo, Colima, entidad que ocupa el primer lugar nacional en asesinatos. Más aún, Joaquín Guzmán López está considerado como el artífice de la red de narco laboratorios y de la liga con empresarios dedicados a la comercialización de drogas y lavado de dinero.

O sea que su captura o entrega pega en el corazón del cártel de Sinaloa donde seguramente ahora vendrá la rebatinga por asumir el liderato y a pesar de los llamados presidenciales, habrá muertos.

El caso es que ante la escasa o nula colaboración del gobierno del caudillo de Tepetitán para al menos inhibir la producción y envío de drogas, especialmente Fentanilo e incluso negar reiteradamente su fabricación en México, las autoridades de seguridad estadunidenses realizan sus investigaciones con independencia y en correspondencia a la falta de respuesta de parte de nuestro país, no deben sentirse obligados a informar sobre sus logros en torno al tema.

Sólo de esa manera se puede explicar lo que aun parece no entender el machuchón de Palacio Nacional quien recibió la noticia a ciegas y como si fuera un duro golpe a su administración, aunque claro echa el pecho pa delante y sale con que ojalá (los detenidos) digan a qué autoridades tenían compradas no de hoy sino desde hace muchos años atrás.

Pero al que todo lo sabe se le ve tan nervioso e irritado que como de costumbre no se mide en epítetos contra quien sea y hasta a los de casa maltrata y exhibe a nivel nacional culpándolos de su propia ignorancia y preocupación por no saber más allá de la captura bajo el pretexto de saber si se trató de una extracción ilegal del territorio nacional, una entrega pactada o una captura en suelo estadunidense.

El tema es que, según los expertos, hay una evidente pasividad para atender los reclamos del gobierno de Estados Unidos lo mismo a través de los departamentos de Estado y del Tesoro que de congresistas quienes incluso lo han llamado cómplice, la chachalaca tabasqueña y que por ello debe estar muy preocupado más por su cercanía a la entrega del poder que lo llevará a La Chingada.

La inquietud del mesías tropical debe ser mayor, dicen los quienes saben, porque a aquellos que le pidieron colaboración los ofendió y negó lo que le reclamaban apareciendo como cómplice o al menos protector de las cabezas del cártel de Sinaloa o del Pacífico. Tal vez por eso ahora vienen sus explicaciones acerca de que los hampones no eran su objetivo sino atacar las causas ¿de la fabricación y exportación de fentanilo?

¿Acaso se le olvidó que en una de sus visitas a Sinaloa expresó su preocupación acerca de qué iba a vivir la gente dedicada a la producción de drogas no sintéticas? ¿O sus llamados a respetar los derechos humanos de los criminales porque también son personas? Total, que con lo de El Mayo y El Güero Moreno, queda claro que cuando los estadunidenses van por alguien, se lo llevan.

Por AL PE

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