PAUSA.MX12th October 1939: Finnish troops at the ready on the Russo-Finnish border. (Photo by Hulton Archive/Getty Images)

Mientras la guerra de Rusia en Ucrania se aproxima a sus primeros 100 días, marcados por la destrucción y la muerte, y sin un final a la vista, Finlandia y Suecia han estado avanzando aceleradamente en sus procesos de membresía a la OTAN.

Este miércoles ambos países entregaron sus solicitudes de ingreso a la Alianza Atlántica, en lo que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, calificó como un «paso histórico».

Ingresar en la OTAN, una alianza militar fundada en 1949 para contrarrestar a la creciente Unión Soviética y luego a la Federación Rusa, representa un giro en la histórica neutralidad de Finlandia y Suecia.

Pero en el caso de Finlandia, esta neutralidad ha estado salpicada por numerosas tensiones y dos terribles guerras contra la Unión Soviética, cuya sucesora legal es Rusia, que aún perdura en la mente de los habitantes del país nórdico.

Al mismo tiempo, Finlandia ha tenido que mantener una relación estable y equilibrada con Rusia, con quien comparte su mayor frontera y mantiene una importante relación comercial.

Tras estar bajo el dominio de Suecia y luego, a partir de 1809, de Rusia, Finlandia logró su independencia en 1917 y en el contexto de la Revolución rusa, que llevó a la caída del zar Nicolás II.

En noviembre de 1939, la Unión Soviética invadió Finlandia por un conflicto fronterizo en la región de Karelia, dando inicio a la Guerra de Invierno, un verdadero conflicto entre David y Goliat.

Aunque la resistencia finlandesa fue más dura de lo esperado, causando graves bajas a los soviéticos en medio de duras condiciones invernales, la superioridad numérica de la URSS era aplastante y el conflicto concluyó en marzo de 1940 con un tratado de paz y una cesión de territorios de parte de Finlandia.

Por AL PE

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