Una nube amarilla proveniente de la refinería de Petróleos Mexicanos «Ing. Antonio M. Amor» ensombreció a la ciudad de Salamanca, Guanajuato, atemorizando a sus habitantes.
A pesar de la humedad en el ambiente y las lluvias en los municipios aledaños, la nube prevaleció, ocasionando ataques de tos, náuseas y de menos, olores fétidos en la ciudad petrolera.
Las llamadas a la línea de emergencia 911 se dispararon, y la Cruz Roja, así como Protección Civil, elevaron sus atenciones a ciudadanos. Sin embargo, no se registraron lesiones graves respiratorias.
Paramédicos coincidieron en que la nube amarilla tiene un alto contenido de azufre y/o de cloro, siendo dañino para la salud respirarla, ya que podrían ser remedos de ácido clorhídrico o sulfúrico.
Hasta ahora, ni Pemex ni el gobierno de Salamanca se han manifestado ante este incidente que provocó alarma en la sociedad.
Cabe recordar que el pasado 8 de julio un desperfecto en la planta catalítica ocasionó el mismo fenómeno altamente tóxico en el aire de la zona.
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