La extinción de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND), como lo propone Andrés Manuel López Obrador, dejaría sin financiamiento y créditos a los pequeños y medianos productores, quienes estarían a merced de prestamistas o agiotistas con tasas de interés más caras, alertó Juan Cortina Gallardo, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
El cierre de la FND, agregó, dejará a los productores al desamparo de una institución financiera que ha brindado créditos y apoyo desde hace casi 100 años.
La suspensión de las líneas de crédito ha obligado a los pequeños y medianos productores a buscar alternativas menos convenientes para financiar su actividad productiva primaria o de transformación, pudiendo caer en manos de intermediarios no formales o del coyotaje, comentó el empresario.
Según el dirigente empresarial, el CNA promueve el financiamiento a las actividades agroindustriales del país a través de nuevos esquemas y de la banca comercial, pero México necesita impulsar políticas públicas y programas de financiamiento si queremos mantener el ritmo de crecimiento en el sector.
“El financiamiento para la producción agropecuaria es una pieza fundamental para alcanzar los objetivos de autosuficiencia alimentaria, crecimiento y mantener un campo dinámico y aprovechar las oportunidades y atender la creciente demanda de alimentos para nuestra población” destacó Juan Cortina Gallardo.
El financiamiento es una palanca de desarrollo que permite modernizar a nuestro campo, el acceso a nuevas tecnologías para eficientar los procesos productivos y con ello lograr un campo más incluyente, más productivo y sustentable, subrayó el presidente del Consejo Nacional Agropecuario.
De acuerdo con la iniciativa enviada por el Ejecutivo Federal al Congreso de la Unión, la extinción de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero fue por la cartera vencida, que representó el 13.1 por ciento de la cartera crediticia en 2019 y para 2020 ese porcentaje se redujo al 10.9 por ciento. Sin embargo, un año después, este indicador volvió a ubicarse en 13.3 por ciento; y para diciembre de 2022, casi se duplicó a 26.2 por ciento.
En sus primeros 15 años de existencia la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, la tasa de interés que aplicó fue de un solo dígito, la cartera de recuperación era de 93 por ciento y llegó a financiar 70 mil millones de pesos anualmente, sin embargo con el actual gobierno de AMLO se elevó hasta 26 por ciento.
La Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero pasó de atender a 79 mil unidades económicas rurales en 2014 y se redujo a 66 mil el año pasado.
“El cierre de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero dejará un hueco inmenso ya que la Banca Comercial, Sofomes, Cajas Populares, Uniones de Crédito se quedan sin fuente de fondeo para profundizar el crédito en el sector rural”, aseguró el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Los productores con crédito de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero estarán a merced de prestamistas o agiotistas con tasas de interés más caras, dijo la consultora dirigida por Juan Carlos Anaya Castellanos.
“La salida de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero del mercado genera menos competencia y llevará a encarecer el costo del dinero para el único sector que ha crecido durante este sexenio”, expresó el GCMA.
Agregó que las razones de fondo de la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero atienden más al tema del poco margen fiscal que tiene el país para desarrollar los proyectos insignia de la actual administración.
“No estamos de acuerdo con el desmantelamiento propuesto por el presidente de la República, quien envió al Congreso una iniciativa para extinguir Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero”, afirmó Luis Gómez Garay, dirigente del Movimiento El Campo es de Todos.
El líder campesino apuntó que la extinción del banco de desarrollo deja a los pequeños y medianos productores sin financiamiento, lo que provocará que caigan en manos del agiotismo con tasas de interés más caras o dejarán de producir los alimentos para la población del país.
Tas instituciones agrarias también han sido desmanteladas: tal es el caso el desmantelamiento de la vieja Secretaria de la Reforma Agraria hoy Sedatu, que no atiende los asuntos agrarios y está en franco proceso de convertirse en una mera promotora del desarrollo urbano o de los paraísos beisboleros.
Mientras los tribunales agrarios y la Procuraduría Agraria se debaten en la penumbra y las carencias que las han llevado a la irrelevancia.
Ante ello, 3.5 millones de ejidatarios, hombres y mujeres del México Rural siguen excluidos del desarrollo social en un campo donde no existe política pública para el desarrollo del campo y sus comunidades, donde campea la pobreza, la falta de oportunidades, los bajos niveles de rentabilidad agropecuaria, de condiciones para la producción y la ausencia de empleos competitivos y bien remunerados.