Mariano Santiago Hipólito vivía en San Felipe Usila, Oaxaca. El 18 de junio salió de su comunidad con destino hacia Estados Unidos. Primero tomó un autobús para dirigirse a Veracruz, después un vuelo con destino a Nuevo León y, más tarde, sin sospechar que su vida estaba en peligro, abordó el “ tráiler de la muerte ”. Esa no era la primera ocasión que Mariano intentaba cruzar la frontera, por lo que de no conseguirlo esta vez, tenía claro que ya no lo buscaría más. La contratación de un “coyote” y el pago de 2,000 dólares lo llevaron a pisar tierra estadounidense, donde planeaba estar solo dos años, sin embargo, murió asfixiado en la caja de un tráiler color rojo, en Texas, su historia es la de miles de migrantes, pero que en este año 2022 volvió a encender las alertas por la reactivación de los riesgos que padecen los migrantes luego de dos años de pandemia.
La historia de Mariano es una de las cientos de tragedias que terminan con la vida de migrantes que perecen en su intento por llegar a Estados Unidos. Hoy, más que nunca, migrar se ha vuelto una actividad de alto riesgo. Quienes deciden dejar sus países de origen –ya sea por buscar una oportunidad de progreso o al salir huyendo de la violencia– en su camino enfrentan un calvario: coyotes, violencia, secuestros, robos, amenazas y acecho del crimen organizado. “Cuando más retenes de control migratorio existen en el país, la migración se vuelve más costosa y más peligrosa, porque los migrantes tienen que buscar grupos delictivos que los ayuden a cruzar; ellos los llaman coyotes, son traficantes de personas. Ahora cobran más dinero y los llevan por rutas más peligrosas para evadir retenes. Estas medidas están fortaleciendo a las bandas de la delincuencia organizada”, asegura. Los montos sobre lo que paga un migrante dependen de la zona desde donde se contrate y la forma en que se desea cruzar. Testimonios de migrantes para este reportaje indican que les cobran entre 2,000 y 7,000 dólares (es decir, entre 41,000 y 205,000 pesos mexicanos). Un informe de la Secretaría de Gobernación muestra que la cifra promedio es de 4,500 dólares (99,250 pesos mexicanos). Rocío González Higuera, jefa de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas, de la Secretaría de Gobernación, dijo en un foro realizado en la Cámara de Diputados que tan solo en 2019 el tráfico de migrantes arrojó ganancias por 615 millones de dólares (unos 12,600 millones de pesos). La funcionaria explicó que siete de cada 10 migrantes que proceden de Centroamérica recurren a un coyote; mientras que cinco de cada 10 mexicanos también pagaron por un pollero. “Es un asunto de oferta y demanda: ante más necesidad y restricciones, más personas buscan quién los pueda cruzar a Estados Unidos, o si vienen de Centroamérica, quién los cruce en la frontera de México. Entonces, ante más restricción, más corrupción y más riesgo. Los están orillando a dejar su vida porque pueden caer en manos equivocadas’, afirma el director del albergue Juventud 2000, José María García Lara. Xicoténcatl Carrasco, quien está en contacto directo con migrantes mexicanos y centroamericanos, comenta que en el cobro a los polleros se incluyen siempre los pagos por corrupción a autoridades.
“Hay servicios en los que les ofrecen el traslado de origen y hasta su destino, otros que solo ofrecen tomarlos desde la frontera y de ahí llevarlos a una ciudad de Estados Unidos y otros donde solo les ofrecen el paso de la frontera. El servicio más elevado cuesta más de 7,000 dólares, mientras que el menos costoso alcanza los 1,500 o 2,000 dólares”, comparte. De acuerdo con el Atlas de la migración en los países del norte de Centroamérica , elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 57% de los migrantes en tránsito por México contrata un “coyote” o similar para cruzar hacia los Estados Unidos. El objetivo es no ser detenido por ninguna autoridad, pese a ello la tasa de quienes lo logran es baja, pues solo 19 de cada 100 migrantes llegaron a Estados Unidos sin ser detenidos por las autoridades mexicanas o estadounidenses, de acuerdo con ese mismo atlas.
Los delitos de los que son víctimas Desde el momento en que un migrante deja su comunidad de origen está expuesto a ser víctima de delitos como robo, secuestro, extorsión, tráfico de personas e incluso de violación. “A partir de la guerra contra el narcotráfico, las bandas delictivas se fortalecieron por lo que ahora cualquier migrante tiene forzosamente que pagarle a la delincuencia organizada para que les permitan pasar, es decir, hay dos ganancias de las bandas delictivas: una a bandas de migrantes y éstos les pagan a las bandas del narcotráfico para que dejen pasar a los migrantes por su territorio”, dice Alberto Xicontécatl. En la frontera sur es donde se concentran los delitos contra los migrantes, sin embargo, la norte no está exenta de este tipo de peligros. Chiapas, Oaxaca y Veracruz son las entidades en las que los extranjeros suelen padecer más situaciones de violencia. Al menos 22 migrantes mexicanos entre los fallecidos en el tráiler en Texas
De acuerdo con cifras de la organización Fondo Semillas, el 60% de las mujeres migrantes son violadas en su tránsito por México. “Seis de cada 10 niñas y mujeres que pasan por nuestras fronteras son violadas. Hay un problema grave de inseguridad y violencia, pero el Estado debería garantizar medidas de protección para que esto no suceda, pero no está sucediendo”, así lo explicó en una entrevista para Expansión Política, Laura García. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien ha estado a cargo de los acuerdos entre México y Estados Unidos para el control migratorio ha reconocido que migrar es un calvario, por lo que ha llamado a regularizar los flujos y ordenarlos. “El grueso de la migración se da por vías consideradas irregulares, es un calvario para las personas moverse, es muy riesgoso. Hay networks muy grandes que manejan mucho dinero manejando esto”, comentó. “Les quitan su dinero, los extorsionan, les roban, en algunos casos los secuestran, pero además los abandonan. Esto pasa al lado de las autoridades y parece que no pasa nada… Por eso consideramos que entre más restricciones más orillas a la comunidad de migrantes a buscar riesgos’, agrega José María García Lara.
La muerte En su trayecto, los migrantes también encuentran la muerte. Un informe de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) revela que la de 2021 se registró el número más alto de muertes de migrantes mexicanos que intentaban llegar a Estados Unidos. Entre 2004 y 2022 suman 6,480 los mexicanos que murieron en su intento de cruzar la línea fronteriza. De ellos, 719 (11%) fallecieron el año pasado por: “Es terrible lo que está sucediendo con esta población, solamente en lo que va de año, en dos municipios de Coahuila que son Piedras Negras y Acuña han muerto 57 personas ahogadas, y en todo el territorio fronterizo son más de 250, es decir, migrar es un viaje de muerte”, agrega Alberto Xicoténcatl.
Entre el 2014 y lo que va de 2022, en el mundo se reportan 48,423 muertes de migrantes, de las que 3,134 se dieron en Estados Unidos y 1,622 en México, de acuerdo con el portal de datos sobre migración. Sin embargo, esa es una estimación mínima debido a que la mayoría de los decesos no se registran. Según la Organización Internacional de las Migraciones, la región de la frontera entre Estados Unidos y México es más letal del continente para los migrantes, pues en el Río Bravo y en el desierto de Arizona se han dado el 56% de los decesos. La de San Antonio no es la única tragedia reciente. En diciembre de 2021 un tramo entre Chiapa de Corzo y Tuxtla Gutiérrez, volcó un trailer con 160 personas, de las que 55 murieron. La semana pasada, 18 migrantes resultaron heridos tras la volcadura de una camioneta de tres toneladas, también en Chiapas. Mariano Santiago Hipólito, de 32 años volverá a casa, pero sin vida y sin haber logrado obtener el dinero para pagar la operación de su esposa, razón por la que se alejó 3,173 kilómetros de casa y de sus dos hijos.