Los líderes europeos han planeado eliminar gradualmente las importaciones de carbón ruso en respuesta a las escenas desgarradoras en Bucha, un suburbio de Kyiv.
Este martes, la Comisión Europea propuso una prohibición gradual de 4.000 millones de euros (US$ 4.300 millones) a las importaciones de carbón ruso al año, como parte del quinto paquete de sanciones diseñado para disminuir aún más el cofre de guerra del presidente de Rusia, Vladimir Putin. Otras propuestas apuntan a las importaciones de tecnología y manufacturas rusas, por un valor de otros 10.000 millones de euros (US$ 10.900 millones).
Europa ha impuesto sanciones que castigan la economía de Rusia desde que los tanques de Putin entraron en Ucrania a fines de febrero, pero no llegaron a apuntar al sector energético de Rusia, hasta ahora. Las imágenes de civiles desarmados, atados y baleados, tirados a lo largo de las calles de Bucha, que hasta hace poco estaban bajo ocupación rusa, han convencido a los líderes de cambiar de rumbo.
Se esperan más detalles sobre la nueva ola de sanciones, incluido el cronograma para la prohibición del carbón, el miércoles cuando los embajadores de la UE se reúnan para conversar. Las medidas aún necesitan la aprobación de los 27 estados miembros.
Castigar el carbón afectará a algunos países europeos, pero es una de las fuentes de energía más fáciles de abandonar; gran parte del mundo ya está haciendo precisamente eso.