Después de ver lo que pasó este martes en el hospital Al-Ahli de Gaza en donde murieron un número, hasta ahora no determinado de personas, lo mismo pacientes que personal médico y administrativo, no nos queda más que pensar que esto es la locura, que el mundo es un polvorón, y que usted, yo, cualquiera de nuestra familia, puede caer víctima de la barbarie.
En la guerra que libran el ejército de Israel y el grupo terrorista de Hamás hay una gran desinformación y mucha perversidad, mueren cientos de personas y ambos bandos se echan la culpa de las muertes de las personas, en su mayoría civiles inocentes.
En todas las guerras, la información fluye desde los flancos, en su mayor parte, sobre el éxito de los ataques, de las bajas que causan al enemigo y del avance de las tropas hacia el objetivo final que es la derrota del adversario.
En esta guerra hay una gran desinformación, lo mismo se habla de que Benjamin Netanyahu y el Mossad propiciaron el ataque del sábado 7 de octubre que dejó muchas muertes del lado de Israel; que en el caso del hospital fueron los miembros de Hamás los que sacrificaron a sus connacionales. ¿Serán capaces de tanta perversidad?
El mismo martes un grupo de Hamás dio una conferencia de prensa en la que presentó a algunas de las víctimas, pero en la mañana del miércoles el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, apenas a unas horas de su llegada a Tel Aviv, aseguró que fueron los del otro bando.¿A quién creerle entonces?
El panorama es tan confuso en el medio oriente que nadie sabe de donde salieron los misiles que dieron en el nosocomio, lo mismo se dice que desde un panteón, que desde otros objetivos, sin que se haya podido identificar a los autores.
¿Ante qué estamos? ¿Hasta dónde vamos a llegar? Biden fue muy seguro hasta la zona de conflicto, algo que nunca otros presidentes del país más poderoso del mundo se habían atrevido a hacer en otros conflictos bélicos. No lo hizo en Ucrania que le tocó también en su mandato.
Lo cierto es que este es un conflicto bélico que tiene como ingrediente adicional una estrategia de incomunicación, infodemia o Fake News, de los dos lados, capaz de confundir al mundo. Y lo más grave con la amenaza de actos terroristas en otras partes del globo terráqueo y al final no habrá ganador, porque en las guerras nadie gana, como dijo el Papa Francisco.
Lía Limón, quien se hace llamar la “alcaldesa aliada” tiene tapizada toda la demarcación con mantas y carteles alusivos a su segundo informe de Gobierno y desde luego, con intenciones electoreras, como llama a esas acciones el de las mañaneras de Palacio Nacional. Por cierto las acciones de la administración de Lía en Álvaro Obregón se parecen mucho a las de las 4T, se quedan a medias como sucedió recientemente en el Parque Ecológico de las Águilas en donde una brigada de la alcaldía acudió a podar el pasto, pero el trabajo se quedó a medias. Como las obras del gobierno federal…El Instituto Electoral de la Ciudad de México ordenó recientemente a los aspirantes a las candidaturas para el gobierno capitalino que retiraran la publicidad y la respuesta fue tapizar las calles con imágenes y consignas de sus causas. Las inagenres de Harfuch, Brugada, Ruvalcaba, Cuevas, Taboada y otras aparecen por todas partes.