Ciudad de México.- En el pasado hubo una frase que costó demasiadas lágrimas: «la letra con sangre entra”, decían nuestros padres y abuelos, refiriéndose a una ancestral técnica de obediencia.

Sin embargo, la civilización trajo frutos y muchos son los países y los sistemas educativos, los que han debatido si deben practicar disciplina y castigos físicos, como azotes o golpes, en sus propios hogares. Pegarle a los niños se ha vuelto una práctica deleznable para la sociedad. Los expertos lo desaconsejan.

Sin embargo, a pesar de que llevan dos décadas sin que los padres hayan acentuado esta práctica, desde el pasado 22 de agosto, las clases en el distrito Escolar Cassville R-IV se reanudaron para mil 900 alumnos, luego de que en junio se celebrara una junta escolar con los padres de familia en donde se les notificó la medida deluso de la fuerza física como método para corregir el comportamiento de los estudiantes”.

Y no sólo eso, los padres de familia firmaron su consentimiento para que los hijos reciban las nalgadas mediante una tabla de madera.

En Cassville, los miembros del personal emplearán fuerza física razonable sin posibilidad de lesiones o daños corporales en presencia de un testigo, de acuerdo con la nueva política”, señala la institución educativa, resaltando que el maestro que cometa la acción debe presentar un informe explicando la razón detrás del castigo.

Usar nalgadas contra los niños era una forma de castigo relativamente común en cierto tiempo, en la actualidad suele verse como un último recurso cuando algún niño se porta mal; sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Michigan indica que las nalgadas podrían provocar algún trastorno mental como la depresión o el alcholismo.

De acuerdo a la información  de esta universidad, este tipo de castigos emplean elementos psicológicos que pueden afectar el desarrollo emocional del niño, provocando que puedan recurrir al consumo de drogas para aliviarse.

La Universidad de Michigan señala que las nalgadas generan en el niño un sentimiento de amenaza y medio, también puede ocasionar que los significados de amor y cariño se distorsionen.

Ciertas tendencias marcan que algunos padres han decidido no dar castigos físicos a sus hijos, y lo ven como algo perjudicial para el desarrollo, mientras que otros no ven ningún daño en la disciplina física y creen que esto es lo que verdaderamente enseña.

Dar de nalgadas es la administración de golpes en las nalgas, con o sin instrumentos, como castigo corporal.

Consiste en golpear una o más veces las nalgas, ya sea con la mano, con un instrumento, o con la pelvis, denominado también «azote» o «disciplina» (cuerdas anudadas, látigo, vara, cinturón, fusta, flagelo). La víctima puede ser el mismo que aplica el castigo, que desea infligirse daño a sí mismo por razones penitenciales (religiosas: disciplinante, flagelante) o sado-masoquistas (sexuales).

Algunos países han prohibido la práctica de las nalgadas o las permiten bajo ciertas condiciones.

En 2022, en el mundo, 63 países prohibieron todo castigo corporal en el marco de la familia, y por extensión, las nalgadas.

En algunos países, esta disciplina podría enviar a un padre a la cárcel. Y es que en el mundo, cerca de 300 millones de niños de 2 a 4 años reciben algún tipo de disciplina física de parte de sus padres o cuidadores, según un informe de Unicef publicado en noviembre de 2017.

Más de sesenta países, estados y territorios han adoptado una legislación que prohíbe totalmente el uso del castigo corporal contra los niños en el hogar, de acuerdo con Unicef y la Iniciativa Global para Acabar con el Castigo Corporal a los Niños.

En 1979, Suecia se convirtió en el primer país en prohibir el castigo físico de los niños por ley.

Con Información de: Excelsior.com.mx

 

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