La presencia de tres buques de guerra estadounidenses cerca de aguas marítimas venezolanas es el signo más claro del incremento de la tensión entre los gobiernos de los presidentes Donald Trump y Nicolás Maduro.
Los buques de guerra de EE. UU. se acercan, pero muchos venezolanos no se inmutan
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Las experiencias previas han hecho que algunas personas se muestren escépticas ante la posibilidad de que el cambio político en Venezuela venga del exterior.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante un desfile en Caracas a principios de este año. Maduro dijo el lunes que estaba desplegando 4,5 millones de milicianos por todo el país.
Durante al menos una década, en Venezuela han circulado rumores de que Estados Unidos iba a intervenir con tropas para derrocar a Nicolás Maduro, el autócrata del país. Los soldados nunca han llegado, y los esfuerzos respaldados por Washington para sustituirlo han fracasado.
Por eso, cuando el gobierno de Donald Trump inició un importante despliegue de fuerzas navales estadounidenses cerca de la nación sudamericana esta semana —lo que suscitó preguntas sobre si el presidente Trump está planeando una vez más un cambio de régimen—, los venezolanos respondieron con un poco de miedo y ansiedad, pero sobre todo con un merecido escepticismo.
Recientemente, el Pentágono comenzó a desplazar activos de la Armada estadounidense, incluidos buques de guerra, al sur del mar Caribe, después de que Trump emitiera una directiva aún secreta en la que le pedía al ejército que utilizara la fuerza contra los cárteles de la droga latinoamericanos, incluido un grupo venezolano llamado el Cártel de los Soles.
Agencias / CNN / New York Times
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