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El coordinador del grupo parlamentario de Morena Cuauhtémoc Estrada afirmó que la aprobación de la Ley de Aguas abrió una nueva etapa en la que se buscó desmontar la narrativa que, según expuso, el PRI y el PAN utilizaron como estrategia política para confrontar al gobierno federal y como «oxigeno político».
Señaló que «PRIAN» tomaron el tema como un recurso para sostener su posicionamiento público y anticipó que la utilidad política de esa postura dependería de la aplicación de la nueva legislación.
Dijo que para contrarrestar la narrativa manejada en Chihuahua contra la Ley de Aguas, sigue demostrar que ningún productor con concesión será despojado de ella y que quienes heredaran tierra y agua podrían mantener el uso del recurso conforme a la norma aprobada.
Estrada indicó que los productores verían que los señalamientos sobre restricciones al uso de tierra, agua o ganado no correspondieron a lo establecido en la ley y que, con ello, se modificaría la percepción generada por la oposición.
Al referirse a la información hacia el sector productivo, el legislador explicó que la nueva ley ofrece mayores certezas a quienes no contaban con capital económico o poder político, ya que la norma anterior permite prácticas que, según dijo, beneficiaban a grupos con mayor influencia.
En ese punto, expresó que la aplicación de la ley debía acompañarse de un proceso de información para que los productores conocieran los alcances reales de la reforma y evitar interpretaciones erróneas.
Comparó el debate con reformas anteriores, como la Ley de Amparo y afirmó que, pese a los señalamientos de desaparición del juicio, continuaban promovidos procesos con medidas de suspensión, lo que consideró un ejemplo de narrativa que no se sostuvo en los hechos.
El coordinador morenista señaló que la oposición, nacional, basó su postura en premisas que, según afirmó, serían desmentidas cuando los productores pudieran realizar los trámites previstos en la ley sin afectaciones a sus concesiones.






