En Valdebebas, donde hasta el aire parece medido por sensores invisibles, no todos los protagonistas usan uniforme blanco. Algunos visten discreto, caminan sin prisa por los pasillos y manejan mejor un software de edición que un balón. Uno de ellos es mexicano. Se llama Óscar Michel y, por primera vez, su nombre comienza a sonar fuera de la sala de análisis del Real Madrid.
Desde 2019 trabaja ahí. Primero en la cantera, luego en el Real Madrid Femenil. Nunca pidió reflectores. Nunca los necesitó. Su talento estaba en otra parte: en descifrar el juego.
Ahora, esa mirada táctica que le permitió crecer en silencio ha sido elegida por Xabi Alonso para formar parte de su staff en el primer equipo. Lo hace como el hombre detrás del nuevo modelo de observación que el técnico tolosarra quiere instaurar en el club más exigente del mundo.
Su tarea parece simple: cortar, etiquetar, ordenar. Pero en realidad es todo lo contrario. Es convertir horas de grabación en cápsulas tácticas que puedan cambiar un partido. Es leer al oponente antes de que aparezca en la cancha.
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En estos días, mientras el Madrid trabaja a doble turno bajo un sol que no perdona, Michel observa. Desde su portátil, cruza datos, patrones, repeticiones. Analiza a los canteranos que Xabi ha promovido, a los veteranos que necesitan adaptar el cuerpo a una nueva exigencia física, y al equipo como un todo que empieza a cambiar su piel.
Porque el Madrid, en esta pretemporada, no solo entrena: se reconfigura.
Ahí estará Michel. En la expedición, en los entrenamientos, en las sombras. Con su laptop, sus cortes quirúrgicos y su método silencioso. Transformando la información en ventaja competitiva.
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