El zoológico de San Diego dio a conocer la muerte del gorila Winston, de 52 años. El animal fue sacrificado ante la imposibilidad de restablecer su salud.
Según informó el San Diego Zoo Wildlife Alliance, el gorila Winston presentó una anomalía en su corazón desde la semana pasada, por lo cual comenzaron a monitorearlo. Aprovecharon para informar que los signos del animal presentaban un declive desde algunos años.
«Este gigante gigante será recordado por su fortaleza silenciosa, naturaleza tranquila y corazón de oro. Winston sirvió como el protector de su familia y fue reconocido como uno de los más antiguos swacks del mundo”.
Las autoridades de zoológico aseguraron que el gorila recibió todos los cuidados disponibles, pero la condición física del animal solo empeoró, por lo cual tomaron la decisión de sacrificarlo pues su salud solo emperoraba.
«Después de una cuidadosa reflexión, a raíz de las complicaciones derivadas del empeoramiento de sus condiciones, y teniendo en mente la calidad de vida de Winston, los equipos de salud y cuidado de la vida silvestre tomaron la difícil decisión de sacrificarlo compasivamente”, dice el comunicado.
Tras anunciar su muerte, los cuidadores y especialistas del zoológico de San Diego dijeron que Winston representaba “lo mejor de nosotros” y aseguraron que se trataba de una enorme perdida para el recinto, pero reafirmaron su compromiso en la conservación de los gorilas y otras especies vulnerables.
Miles de estadunidense lamentaron la muerte de Winston y recordaron en X sus distintas visitas en las cuales lograron conocer al famoso y querido gorila.
El gorila con Covid
En 2021, al igual que otros gorilas, Winston se contagió de Covid-19. Los especialistas encargados de atenderlo descubrieron en ese momento que el gorila padecía otras enfermedades que lo ponían en mayor peligro ante el coronavirus.
Distintos medios locales dieron seguimiento a los tratamientos médicos para enfermedades cardíacas que recibió Winston, además de los cuidados para afecciones articulares degenerativas y renales.
Afortunadamente, en esa ocasión el gorila Winston logró reponerse, aunque sufrió algunas secuelas que lo mantuvieron débil de salud.