En el mes de agosto se publicó la tasa de inflación en México, que ha sido según el Índice de Precios al Consumo de 4.6%; sin embargo, esto no coincide con los precios reales que las familias están pagando por los artículos de consumo. Basta con ir al supermercado o a los mercados a hacer la compra de la despensa, para darse cuenta de que el dinero ya no alcanza para comprar lo de siempre. Ahora la gente llena su carrito y al encaminarse hacia las cajas lo va desocupando, hasta finalmente tener que hacer un ajuste al momento de pagar dejando productos para otra ocasión.
La discrepancia entre la tasa de inflación calculada y la realidad puede ser el resultado de una serie de factores, incluyendo la elección de la canasta de bienes y servicios utilizada para el cálculo, las variaciones geográficas y la calidad, los cambios en los precios relativos y la percepción subjetiva de las personas. Por tanto, es importante tener en cuenta que la tasa de inflación calculada es una medida general y que la experiencia individual de la inflación puede variar de manera considerable.
La inflación es un indicador económico fundamental que mide el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en el país durante un periodo determinado. En México, al igual que la mayoría de los países, el cálculo de la inflación es una tarea importante para comprender y monitorear la salud de la economía con elementos claves involucrados en este proceso.
EL ÍNDICE NACIONAL DE PRECIOS AL CONSUMIDOR (INPC)
En México el principal indicador utilizado para medir la inflación es el INPC, que se calcula de manera mensual y refleja los cambios en los precios de una canasta de bienes y servicios, consumo promedio en los hogares. La canasta incluye una amplia variedad de productos, alimentos, vivienda, transporte, educación, entretenimiento y atención médica.
El cálculo del INPC se realiza en distintas etapas:
• Selección de la canasta de bienes y servicios: el INEGI es la entidad encargada de determinar la canasta de bienes y servicios que se incluirán en el cálculo del INPC. Dicha canasta se revisa periódicamente para reflejar los cambios en los hábitos de consumo de la población.
• Recolección de precios: se seleccionan una serie de productos y se rastrean sus precios en distintos establecimientos en el país. Estos productos se dividen en categorías y se asigna un peso a cada categoría de acuerdo con su importancia en el gasto familiar.
• Cálculo de subíndices: se calculan los subíndices de precios para cada categoría de productos utilizando una fórmula que tiene en cuenta los precios actuales y los precios base, que se toman de un periodo anterior.
• Cálculo del INPC: una vez que se han calculado los subíndices se utiliza una fórmula para cambiarlos y obtener el valor del INPC.
• Cálculo de la inflación: la tasa de inflación se calcula comparando el INPC actual con el INPC del mes anterior. La diferencia entre estos dos valores se expresa como un porcentaje y representa la tasa de inflación mensual y se hace un cálculo anualizado para visualizar la tendencia de los precios.
PARA QUÉ SIRVE EL CÁLCULO DE LA INFLACIÓN
Tanto el INPC como la tasa de inflación son herramientas esenciales para la toma de decisiones económicas en México como son:
• Política monetaria: el Banco de México utiliza la información sobre la inflación para ajustar las tasas de interés y controlar la oferta monetaria. Si la inflación es alta el banco central podría aumentar las tasas de interés para enfriar la economía y reducir la presión inflacionaria.
• Presupuesto familiar: los hogares utilizan la información sobre la inflación para planificar sus gastos y ajustar su presupuesto.
• Negociaciones salariales: los sindicatos y las empresas utilizan la tasa de inflación como referencia en las negociaciones salariales, para ayudar a los trabajadores a mantener su poder adquisitivo.
• Inversiones: los inversionistas y empresarios consideran la inflación al tomar decisiones dónde invertir y cómo estructurar sus inversiones.
En conclusión, el cálculo de la inflación en México a través del Índice Nacional de Precios al Consumidor es un proceso complejo y crucial para comprender y gestionar la economía del país. Es un indicador que desempeña un papel fundamental en la toma de decisiones y en la vida cotidiana de los mexicanos al evaluar cómo los cambios en los precios afectan su capacidad de compra y sus decisiones financieras. De manera que hoy como nunca hay que cuidar el gasto y hacer rendir el dinero, sobre todo porque se ven venir tiempos difíciles.