Ciudad de México.- Estados Unidos ha intensificado la presión sobre los aliados de Medio Oriente para que expulsen al Grupo Wagner, un contratista militar propiedad de un oligarca con estrechos lazos con el presidente ruso, de Libia y Sudán, países azotados por el caos a los que se ha expandido en los últimos años, indicaron funcionarios regionales a The Associated Press.
El intento de Estados Unidos descrito por los funcionarios ocurre en un momento en que el gobierno del presidente Joe Biden lanza una campaña contra los mercenarios. Estados Unidos ha impuesto nuevas sanciones al Grupo Wagner en los últimos meses por su papel cada vez mayor en la guerra de Rusia en Ucrania.
El grupo es propiedad del oligarca ruso Yevgeny Prigozhin, quien tiene vínculos estrechos con el presidente ruso Vladimir Putin. El Pentágono lo ha descrito como un sustituto del Ministerio de Defensa ruso. El Kremlin niega tener alguna conexión.
Durante meses, el gobierno de Biden ha trabajado con las potencias regionales Egipto y los Emiratos Árabes Unidos para presionar a los líderes militares en Sudán y Libia para que rompan sus lazos con el grupo, de acuerdo con más de una docena de funcionarios libios, sudaneses y egipcios. Pidieron el anonimato a condición de hablar libremente y porque no estaban autorizados a discutir el tema con los medios.
Un alto funcionario del gobierno egipcio con conocimiento directo de las conversaciones dijo que el Grupo Wagner “está al frente de cada reunión”.
El grupo no anuncia sus operaciones, pero su presencia es conocida por informes en la zona y otras pruebas. En Sudán, se asoció originalmente con el exgobernante Omar al-Bashir y ahora trabaja con los líderes militares que lo reemplazaron. En Libia, está asociado con el comandante militar Khalifa Hifter, que tiene su base en el este de Libia.
Wagner ha perpetrado miles de operativos en países de África y Medio Oriente, entre ellos Mali, Libia, Sudán, la República Centroafricana y Siria. Su objetivo en África, según los analistas, es apoyar los intereses de Rusia en medio de la creciente atención mundial en el continente rico en recursos. El 31 de enero, expertos en derechos humanos que trabajan con Estados Unidos acusaron al grupo de cometer posibles crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Mali, donde combate al lado de las fuerzas gubernamentales.
“Wagner suele tener como objetivo a países con recursos naturales que pueden ser usados para los objetivos de Moscú: minas de oro en Sudán, por ejemplo, donde el oro resultante puede venderse eludiendo las sanciones occidentales”, dijo Catrina Doxsee, experta en el Grupo Wagner del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales con sede en Washington.
Cuando se le solicitó un comentario, Prigozhin dijo el viernes a la AP a través de sus representantes que los países africanos deberían desconfiar de la política estadounidense.
“Seguimos de cerca los movimientos del director de la CIA y los intentos de presionar a las autoridades de varios Estados”, se lee en el comunicado. “Siempre tenemos una actitud sagrada hacia la soberanía de los países”.
El rol del grupo en Libia y Sudán fue central en las conversaciones entre el director de la CIA, William Burns, y funcionarios en Egipto y Libia en enero. El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken también habló sobre el grupo con el presidente Abdul Fatá El Sisi en un viaje a El Cairo a finales de enero, revelaron funcionarios egipcios. Semanas después de las visitas, Burns reconoció en un discurso el jueves en la Universidad de Georgetown en Washington que después de un viaje reciente a África estaba preocupado por la creciente influencia de Wagner en el continente.
“Eso es algo profundamente dañino y estamos trabajando muy duro para contrarrestarlo”, sostuvo Burns.
Burns y Blinken pidieron al gobierno de El Sisi que ayude a convencer a los generales gobernantes de Sudán y a Hifter de Libia de que suspendan sus relaciones con Wagner, dijo un funcionario egipcio enterado sobre las conversaciones.
El grupo y Prigozhin han estado bajo sanciones de Estados Unidos desde 2017 y en diciembre, el gobierno de Biden anunció nuevas restricciones de exportación en su acceso a tecnología y suministros, designando al grupo como una “importante organización criminal transnacional”.
SUDÁN
En los últimos meses, las autoridades de Sudán han recibido constantemente mensajes de Estados Unidos sobre la influencia creciente de Wagner a través de Egipto y los Estados del Golfo, subrayó un alto funcionario sudanés.
Abbas Kamel, director de la Agencia de Dirección de Inteligencia de Egipto, planteó las preocupaciones de Occidente en conversaciones en Jartum el mes pasado con el general Abdul Fatá Burhan, quien está al frente del consejo soberano gobernante de Sudán, dijo el funcionario. Kamel instó a Burhan a hallar una manera de abordar el “uso de Sudán como base” por parte de Wagner para operaciones en países vecinos como la República Centroafricana, añadió el funcionario.
Wagner empezó sus operaciones en Sudán en 2017, brindando entrenamiento militar a las fuerzas de inteligencia, a las fuerzas especiales y al grupo paramilitar conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido, según funcionarios sudaneses y documentos a los que tuvo acceso la AP.
Las Fuerzas de Apoyo Rápido, que surgieron de las temidas milicias Janjaweed, están dirigidas por el poderoso general Mohammed Hamdan Dagalo, que tiene estrechos lazos con los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Dagalo ha enviado soldados para combatir junto a la coalición liderada por Arabia Saudí en la prolongada guerra civil de Yemen.
Los mercenarios de Wagner no participan en combates en Sudán, aseveraron las autoridades. El grupo, que tiene decenas de operativos en el país, brinda entrenamiento de inteligencia y militar, así como vigilancia y protección de sitios y funcionarios jerárquicos.
Los mandatarios militares sudaneses parecen haberle cedido a Wagner el control de las minas de oro a cambio. Los documentos muestran que el grupo ha recibido derechos mineros a través de empresas fachada con vínculos con el poderoso ejército de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido. Sus actividades se centran en áreas ricas en oro controladas por las Fuerzas en Darfur, el estado de Nilo Azul y otras provincias, según funcionarios.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha sancionado a dos compañías por actuar como fachada de las actividades mineras del Grupo Wagner —Meroe Gold, una empresa sudanesa de minas de oro, y su propietaria, la empresa M Invest con sede en Rusia. Prigozhin posee o controla ambas, de acuerdo con el Departamento del Tesoro. Pese a las sanciones, Meroe Gold sigue operando en Sudán.
Mercenarios rusos ayudaron a la fuerza paramilitar a consolidar su influencia no sólo en las regiones remotas del país, sino también en la capital, Jartum, donde ayuda a administrar páginas de redes sociales a favor de las Fuerzas de Apoyo Rápido.
LIBIA
En Libia, Burns se reunió en Trípoli con el primer ministro Abdul Hamid Dbeibah, dirigente de uno de los dos gobiernos rivales del país.
El director de la CIA también se reunió con Hifter en el este de Libia, afirmaron funcionarios de las fuerzas de Hifter. Un funcionario enterado sobre la reunión en el complejo militar de Al Rajma, la sede del mando de Hifter en las afueras de Bengasi, dijo que Wagner fue el principal tema que se discutió.
Expertos de Naciones Unidas afirman que los mercenarios de Wagner se desplegaron en Libia desde 2018, ayudando a las fuerzas de Hifter en su lucha contra los milicianos islamistas en el este de Libia. El grupo también estuvo implicado en su ofensiva fallida en Trípoli en abril de 2019.
Desde el alto el fuego de 2020, las actividades de Wagner se han centrado en las instalaciones petroleras en el centro de Libia y han seguido dando entrenamiento militar a las fuerzas de Hifter, dijeron funcionarios libios. Se desconoce cuántos mercenarios de Wagner aún se encuentran en Libia.