El excandidato presidencial de Venezuela Edmundo González aseguró que buscó refugio diplomáticotras ser advertido de que las fuerzas de seguridad del presidente Nicolás Maduro estaban persiguiéndolo.
González, considerado por la oposición como el verdadero ganador de las elecciones de julio pasado, comentó que si se hubiera quedado en Venezuela posiblemente hubiera sido encarcelado y torturado.
González, considerado por la oposición como el verdadero ganador de las elecciones de julio pasado, comentó que si se hubiera quedado en Venezuela posiblemente hubiera sido encarcelado y torturado.
El excandidato se marchó a España después de asegurar que su familia y propiedades en Venezuelaestarían a salvo.
«Un funcionario de seguridad que trabajaba conmigo me llamó para decirme que había tenido informaciones del organismo de seguridad de que venían por mí, y que lo más prudente era una retirada”, aseguró González.
Un tribunal venezolano había emitido una orden de arresto contra González, acusándolo de conspiración y otros delitos, después de que Nicolás Maduro dijo que la oposición estaba tratando de derrocarlo en un golpe de Estado.
González, líder opositor venezolano, dijo que primero buscó refugio en la embajada de Países Bajos y que después de 32 días tomó la decisión de abandonar Venezuela, trasladándose a la residencia del embajador español para hacer una petición de asilo.
Sostuvo que sabía que, una vez dictada la orden de detención, enfrentaba una pena de prisión.
«Posiblemente en alguno de esos centros de tortura que han sido convertidos hoy en las cárceles venezolanas”, afirmó.
Esta semana se supo que, González firmó una carta en la que aceptaba la victoria electoral de Maduro.
Por su parte, el Gobierno de Venezuela publicó fotografías de la firma en presencia del jefe de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y un representante español.
El secretario general de la ONU, António Guterres, manifestó al presidente Nicolás Maduro su «preocupación» por la situación en Venezuela tras su proclamada victoria en las elecciones del 28 de julio, que la oposición rechaza.
En su primera conversación telefónica desde los cuestionados comicios, Guterres expresó a Maduro su inquietud «por los informes de violencia poselectoral y violaciones de derechos humanos».
Guterres hizo hincapié en la «necesidad de resolver cualquier disputa política de manera pacífica, a través de un diálogo genuino e inclusivo», señaló un comunicado de la oficina de su portavoz.
También tomó nota de las posiciones del presidente venezolano sobre la situación.
«Hablamos unos 15 minutos y le expuse plenamente la lucha que estamos dando contra el fascismo. Hay que nombrarlo por su nombre, es el diablo, que nadie edulcore las expresiones de intolerancia, de persecución propias de los proyectos fascistas», contó sobre la charla Maduro, que suele usar ese término para referirse a sus adversarios.
La proclamación del mandatario izquierdista para un tercer período consecutivo desató protestas que dejaron 27 muertos -dos de ellos militares-, casi 200 heridos y más de 2.000 detenidos, según cifras oficiales.
Maduro fue declarado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sin presentar el escrutinio detallado. Ese resultado fue luego validado por el Tribunal Supremo de Justicia. Ambas instituciones están acusadas de servir al gobierno.
La oposición venezolana, liderada por María Corina Machado, denunció que hubo fraude y publicó en un sitio web copias de un 80% de las actas, que asegura prueban el triunfo de su candidato, Edmundo González Urrutia.