La semana pasada, un dron voló 563 kilómetros más allá de la frontera occidental de Ucrania antes de estrellarse en Croacia, un país miembro de la OTAN. La aeronave no tripulada trasladaba una bomba, según dijeron funcionarios croatas. Y aún no está claro si pertenecía a las fuerzas ucranianas o rusas.
Recientemente, otro dron ingresó al espacio aéreo de Rumania, al sur de Ucrania. Y este martes, el Ejército ucraniano dijo que derribó un dron ruso que volvió a entrar al país a través del espacio aéreo de Polonia.
Estos últimos incidentes con drones aumentan la preocupación de que la guerra de Rusia en Ucrania podría llegar extenderse a los países de la OTAN, incluso si es de manera inintencionada. Lo que obliga a la alianza a decidir cómo responder si es que lo hace a los incidentes que ocurren dentro de sus fronteras.
Funcionarios de defensa de EE.UU. dicen que los drones errantes que ingresaron al territorio de la OTAN parecieron hacerlo involuntariamente en gran parte. Desde el comienzo de la invasión de Rusia, el Ejército de EE.UU. estableció una línea de distensión con Moscú para reducir el riesgo de errores de cálculo y asegurarse de que los dos ejércitos que operan de manera tan cercana no choquen inadvertidamente. Estados Unidos ha puesto a prueba la línea «una o dos veces al día», según un alto funcionario de defensa. Pero hasta ahora no ha sido necesaria, añadió la fuente.
Sin embargo, la OTAN ha intentado sin éxito contactarse con Rusia a través de una línea directa de distensión y cartas escritas, lo que despierta preocupaciones sobre la voluntad del Kremlin de comprometerse con eso, a medida que la invasión rusa de Ucrania se extiende más al oeste hacia el territorio de la OTAN, dijeron este miércoles altos funcionarios militares de la alianza.