La producción de metanfetaminas y fentanilo, así como la expansión de los cárteles de la droga al pasar del trasiego de estupefacientes a los secuestros, robos de transporte de carga, extorsiones, cobro de piso y el dominio de mercados legales al adueñarse de empresas, cambiaron la radiografía criminal en el país.
Ante la reconversión de delitos, organizaciones como el Cártel de Tijuana/ Arellano Félix, Juárez, Beltrán Leyva y la Familia Michoacana se convirtieron en bandas locales. En tanto, en la guerra por las drogas sintéticas lideran los cárteles Jalisco Nueva Generación (CNG) y el del Pacífico, los cuales tienen el poderío económico, armas de uso bélico y sicarios suficientes.
Así lo revelan documentos del Centro Nacional de Inteligencia, de las secretarías de Marina (Semar) y Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República (FGR).
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es el grupo con mayor presencia criminal, en 23 entidades, seguido por el Cártel del Pacífico, en 14 estados, de acuerdo con datos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Ambas agrupaciones delictivas se disputan estados como Quintana Roo, Baja California, Sonora y Zacatecas, lo que ha acentuado la violencia en esas entidades.
La producción de metanfetaminas y fentanilo en México es parte de la guerra intestina que se tienen entre las dos grandes organizaciones transnacionales del país, los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del Pacífico, quienes han coptado a diversas bandas u organizaciones locales a través de las alianzas criminales.
De acuerdo con documentos de las áreas de inteligencia del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Marina-Armada de México (Semar), Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional (GN) y FGR denominado Cárteles de la droga que operan en la República Mexicana, correspondiente a 2019, aunados con el intercambio de información de documentos del informe de junio 2022 México: Organizaciones del Crimen Organizado y el Narcotráfico, elaborado por el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos, señalan un cambio en las estructuras criminales en el país.
La radiografía de las Organizaciones Criminales Transnacionales (OCT) en el país se modificó a tal manera que los grandes cárteles de la droga tuvieron una diversificación, pasando de únicamente al trasiego de estupefacientes a los secuestros, robos de transporte de carga, extorsiones, cobro de piso y el dominio de mercados legales al adueñarse de empresas, etcétera.
En esta conversión de delitos, algunas organizaciones delictivas fueron desapareciendo del mapa criminal, como fue el caso de los cárteles de Tijuana/ Arellano Félix; Juárez, Beltrán Leyva, y La Familia Michoacana, los cuales se transformaron sólo en bandas locales.
En la actualidad, el CJNG y del Pacífico son los que tienen el poderío económico, armas de uso bélico y sicariato para iniciar una guerra interna en México por la disputa en la elaboración de las drogas sintéticas, incluido el fentanilo, mismo que tiene gran mercado en Estados Unidos.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, sólo en 2021 se produjeron más de 106 mil muertes por sobredosis, el 70% de éstas involucraron opioides, incluido el fentanilo.
De acuerdo con la Plataforma de Proyección de Datos Abiertos (PPData)del Programa de Política de Drogas del CIDE, el CJNG es el grupo con mayor presencia criminal en 23 entidades, seguido por el Cártel del Pacífico, en 14 estados, mientras que La Nueva Familia Michoacana tiene células en ocho entidades.
El Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos señala que el CJNG es dominante en Baja California Sur, Nayarit, Jalisco, Colima y Querétaro. Mientras el Cártel del Pacífico es dominante en Sinaloa y Durango.
Ambos cárteles están en disputa en entidades como Q. Roo, Baja California, Sonora y Zacatecas, lo que ha acentuado la violencia en esas entidades.
El fortalecimiento de los dos cárteles en el país generaron un cambio sustancial en las grandes organizaciones criminales, las cuales se fraccionaron, dando paso a células o escisiones que se abren camino con base en una violencia extrema de sangre y muerte.
Uno de los ejemplos más claros es el rompimiento de las bases de Los Zetas, las cuales se han divido en dos células rivales que, en algunos casos, se disputan un solo estado; sin embargo, hay casos emblemáticos como el denominado Cártel del Noreste, que representa la parte más violenta de la organización criminal y que se han ido extendiendo en diversos estados del país.
Este grupo operaba únicamente en Nuevo Laredo, Tamaulipas, a través de su brazo armado denominado La Tropa del Infierno. Esta organización criminal, que en años anteriores era únicamente local, ha extendido su zona de influencia en todo Tamaulipas, brincando a Nuevo León, Zacatecas, Oaxaca y Quintana Roo, algo que ha empezado a preocupar a las autoridades de EU.
La otra fracción de Los Zetas se convirtió en pequeños grupos que han sido rebautizados, como Zetas de la Vieja Escuela, Sangre Nueva Zeta, Mando Sur, La Banda del Bucanas y Los Piña, quienes tienen presencia en Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Veracruz, Zacatecas, Campeche, Tabasco y Quintana Roo.
El Cártel del Golfo sufrió un resquebrajamiento en su estructura por la detención y abatimiento de sus principales líderes y lugartenientes, lo que dio paso a las escisiones Grupo Bravo, Los Metros y Los Ciclones. También se tiene registro de otras pequeñas células denominadas Grupo Sombra,
Grupo Pantera, Comando del diablo, Los Sierras (División Sierra), Escorpiones y Grupo Operativo Z, Alcatraz de los R (grupo pequeño, asociado con el comando de diablo).
Su zona de influencia se ubica en Tamps., Coah., NL, SLP. Y una pequeña fracción en Q. Roo. Esta organización, a pesar de las alianzas que ha tenido en más de una década, sigue conservando el estado de Tamaulipas como su bastión, extendiéndose a otras entidades.