La Cámara de Diputados aprobó una reforma que eleva más del 100 % los costos de visados para extranjeros y el acceso a museos y zonas arqueológicas en México. La medida busca fortalecer el control migratorio y aumentar la recaudación, pero genera críticas de quienes consideran que afectará el turismo cultural y la imagen internacional del país.
Por ejemplo, la residencia temporal por un año subirá de 5,328 a 11,140 pesos, y la residencia permanente de 6,494 a 13,578 pesos. En cuanto a los museos, sitios como el Museo Nacional de Antropología y Teotihuacán podrían duplicar sus tarifas para visitantes extranjeros. Para mexicanos y residentes habrá descuentos.
La reforma forma parte de la Ley Federal de Derechos y se integrará al paquete fiscal del gobierno. Se argumenta que esos recursos se destinarán al mantenimiento cultural y al fortalecimiento de la seguridad en sitios patrimoniales. El Ejecutivo pretende justificar que el cambio no será obstáculo para el turismo nacional.
Los defensores de la medida sostienen que México debe reflexionar sobre quién paga por el patrimonio y cuidar que los visitantes contribuyan. Pero críticos apuntan que muchos países incluso subsidian los museos para atraer turismo y mostrar su cultura. Un aumento abrupto podría reducir la afluencia.
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Algunos estados ya han expresado su preocupación: las zonas arqueológicas en estados pobres dependen del turismo. Si la carga es excesiva para extranjeros, podrían disminuir las visitas, lo que afectaría los ingresos locales y empleo.
También hay debate sobre equidad. Eventos culturales, festivales o museos en zonas rurales podrían quedar fuera del alcance para extranjeros, limitando intercambio cultural. Se ha propuesto modular tarifas según el lugar o tipo de visitante.
El gobierno deberá trabajar en comunicación para evitar que esta medida sea percibida como aislacionismo cultural. Es clave que los argumentos de financiamiento, protección patrimonial y equidad sean claros para el público.
Este cambio ocurre en un contexto de presión fiscal creciente en México, donde el gobierno busca nuevas fuentes de ingresos sin incrementar impuestos directos a la población más vulnerable. Los visados y cultura aparecen como opción para capturar recursos de visitantes internacionales.
En los próximos días se verá si hay ajustes en la propuesta, retos legales o manifestaciones de sectores culturales. También si organismos internacionales expresan inquietud por los efectos en turismo cultural.
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