CHIHUAHUA.- La revuelta cometida en el Centro de Readaptación Social (CERESO) número 3, ubicado en Ciudad Juárez, tras la cual huyeron 30 delincuentes y murieron 10 carceleros y 9 reos, fue provocada por la debilidad, sumisión y pasividad de las autoridades de todos los niveles de gobierno, señaló José Carlos Hernández, especialista en delincuencia organizada, criminología y sistemas penitenciarios.
Este domingo, poco antes de las 7 de la mañana, alrededor de quince sicarios, a bordo de tres camionetas blindadas, ingresaron al CERESO y amenazaron a los guardias de seguridad, les quitaron las armas, sometieron y asesinaron a diez de ellos. Desataron una balacera, entraron a las celdas y liberaron al hoy fallecido Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, alias El Neto, de 29 años, jefe de Los Mexicles, presunto autor intelectual del denominado «jueves negro», perpetrado el 11 de agosto de 2022.
Enseguida, los demás prisioneros —entre ellos homicidas, secuestradores, violadores, traficantes de restos humanos, narcomenudistas y hombres con posesión de armas de fuego exclusivas del Ejército— aprovecharon el descontrol y algunos escaparon de la cárcel, mientras que, en medio de las confrontaciones, murieron otros nueve, entre ellos César Vega Muñoz, alias El Chilín, socio de El Neto. De los prófugos, sólo 2 han sido localizados: El Neto, abatido la madrugada de este jueves, y Joaquín Gutiérrez Payán, de 42 años, encarcelado por el delito de homicidio, y quien fue sorprendido cuando pretendía cruzar la frontera con Estados Unidos.
Al respecto, Hernández manifestó que el sicariato —tanto en la frontera como en el resto del Estado— ha aumentado su poderío, pues, al no existir ninguna política eficiente en materia de seguridad pública, y a falta de un combate frontal, el narcotráfico ha arrodillado al país y lo ha puesto a su merced. En tal sentido, no descartó que, a corto o mediano plazo, ocurrirá un «efecto espejo» y los criminales buscarán otros penales en otras ciudades para replicar los hechos.