Una fuerte crisis sacude a la selección nacional de Guinea Ecuatorial, luego de que el equipo no se presentara a disputar su partido clasificatorio rumbo al Mundial. Esta decisión generó consecuencias inmediatas, incluyendo el despido del cuerpo técnico y la suspensión de varios jugadores clave.
El equipo debía enfrentar a Malaui en una jornada determinante, pero no llegó al estadio. Según se dio a conocer, los jugadores protestaron por falta de pagos y condiciones logísticas deficientes, lo cual habría motivado su negativa a jugar.
La federación reaccionó con firmeza. En un comunicado, anunció la destitución del director técnico Juan Micha y la separación de futbolistas que encabezaron la protesta. Entre los nombres destaca el del capitán Emilio Nsue, figura histórica de la selección.
La decisión ha generado controversia a nivel internacional, ya que la FIFA considera esta falta como una infracción grave. El organismo rector evalúa sanciones que pueden incluir multas económicas, pérdida de puntos o incluso suspensiones temporales del equipo.
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A nivel interno, la situación refleja una fractura profunda entre jugadores y directivos. Desde hace meses se venían reportando desacuerdos sobre primas impagas, hospedaje precario y mala organización en las concentraciones.
Este episodio representa un retroceso para una selección que, en años recientes, había mostrado progresos importantes, incluso logrando empates ante equipos como Nigeria y victorias ante escuadras de mayor jerarquía.
La nueva dirección técnica estará a cargo de un entrenador interino mientras se define el futuro del proyecto. Los próximos encuentros se disputarán con una plantilla alterna, formada en su mayoría por juveniles y jugadores del medio local.
Aficionados y comentaristas han mostrado preocupación por el rumbo de la selección, señalando que esta crisis institucional podría dejar al país fuera de la próxima justa mundialista si no se corrigen los problemas estructurales.
El escándalo también deja al descubierto prácticas administrativas deficientes, que han sido comunes en varias federaciones del continente africano. La transparencia, profesionalismo y rendición de cuentas son exigencias urgentes por parte de la afición.
El futuro inmediato de Guinea Ecuatorial es incierto. El reto no es solo deportivo, sino también organizacional. Si desean reconstruir su proyecto futbolístico, necesitarán cambios profundos tanto en su estructura directiva como en su relación con los jugadores.
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