El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) afirmó que el pronóstico de 3.4 por ciento de crecimiento económico proyectado por el gobierno de Andrés Manuel es imposible para 2022 debido a que hay debilidad en la inversión, presiones inflaciones y una política monetaria restrictiva.
“La debilidad de la inversión es una limitante para el crecimiento. Y, a su vez, dicha debilidad resulta de problemas para los que no se avizora una solución en el corto plazo, como la incertidumbre, la deficiencia del Estado de derecho y falta de apego a las reglas, impunidad, inseguridad y obstáculos regulatorios”, aseguró el órgano asesor en materia económica del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y de empresas de primer nivel en México.
Para crecer por arriba del 4 por ciento, la inversión en el país tendría que ser del 25 por ciento del producto interno bruto (PIB), explica la institución encargada de elaborar análisis e investigación de la coyuntura económica.
Hoy la inversión total está lejos, ya que alcanza sólo 18.1 por ciento (al primer trimestre de este año), comentó el centro líder de investigación privada en México.
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“Sin cambios en la actitud oficial ante la inversión privada y la apertura económica, su falta de interés en la inversión pública rentable socialmente y en la regulación eficiente que facilite la actividad económica, las posibilidades de un mejor desempeño de la economía en beneficio de todos se reducen y continuarán en esa tendencia”, expresó el CEESP.
“La inflación causa mayor incertidumbre, añadiendo al desánimo de la inversión, y afecta negativamente al consumo de los hogares. Ambos son obstáculos para la reactivación de la economía”.
La presión inflacionaria continuará hasta el 2024, incluso el Banco de México (Banxico) estima que la inflación convergerá a la meta de 3.0 por ciento en el primer trimestre de ese año, agregó el organismo dirigido por Carlos Hurtado López.
La estimación oportuna del Inegi arroja un crecimiento del PIB de 1 por ciento en el segundo trimestre, lo cual superó el pronóstico promedio de los especialistas, que anticiparon un avance de 0.6 por ciento.
“Es un buen resultado y puede mejorar las expectativas hacia adelante. Sin embargo, no necesariamente implica que la economía haya entrado en un proceso de franca recuperación, sobre todo ante el complejo escenario que se percibe para la segunda mitad del año”, apuntó el CEESP.
La economía, añadió, mantiene su letargo, ya que el crecimiento anual (estimado) del trimestre fue 1.9 por ciento, sólo marginalmente superior al del primer trimestre, de 1.8 por ciento.
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