La Corte Suprema de Estados Unidos decidió este martes permitir que Texas haga cumplir una nueva y controvertida ley que otorga a la policía local el poder de arrestar a migrantes. Esta decisión ha sido tomada por el tribunal de mayoría conservadora, con tres jueces liberales en desacuerdo, esto a un día después de haberla frenado.
La solicitud de emergencia presentada por la administración Biden para detener la ley fue rechazada, lo que significa que la ley puede entrar en vigor mientras continúa el litigio en los tribunales inferiores. Sin embargo, todavía existe la posibilidad de que sea bloqueada en el futuro.
La ley en cuestión, conocida como SB4, permite que la policía arreste a migrantes que crucen ilegalmente la frontera desde México e impone sanciones penales, incluida la posibilidad de deportación a México por orden de jueces estatales. Este enfrentamiento legal es el último episodio en la tensa relación entre la administración Biden y Texas en lo que respecta a la aplicación de la ley de inmigración en la frontera entre Estados Unidos y México.
La procuradora general Elizabeth Prelogar argumentó en documentos judiciales que la ley de Texas es «rotundamente inconsistente» con el precedente de la Corte Suprema que se remonta a 100 años atrás. Sin embargo, el tribunal de apelaciones no explicó su razonamiento para permitir que la ley entrara en vigor.
En respuesta, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, defendió la ley argumentando que complementa la ley federal y que el estado debería tener la autoridad para hacerla cumplir.
La decisión de la Corte Suprema ha generado un intenso debate sobre la autoridad de los estados para legislar sobre migración, un tema que tradicionalmente ha sido competencia del gobierno federal en Estados Unidos. Esta medida de la Corte Suprema ha reavivado el debate sobre la política migratoria en el país y ha puesto de relieve las tensiones entre las autoridades federales y estatales en este ámbito.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, firmó en diciembre pasado la ley. Dijo que la ley era necesaria debido a que Biden no hizo cumplir las leyes federales que penalizan la entrada o reingreso ilegal, y dijo en una conferencia de prensa el 18 de diciembre que «la inacción deliberada de Biden ha dejado a Texas a su suerte».
El manejo por parte del presidente demócrata del número récord de migrantes capturados cruzando ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México durante su presidencia ha generado duras críticas por parte de los republicanos. Abbott y otros republicanos han dicho que Biden debería haber mantenido las políticas restrictivas del expresidente Donald Trump.
La ley de Texas convirtió la entrada o reingreso ilegal a Texas en un delito estatal, con penas que van desde 180 días de cárcel hasta 20 años de prisión. Según él, los magistrados de Texas deberán ordenar a los migrantes que regresen a México, con sentencias de hasta 20 años para aquellos que se nieguen a cumplir.