Desde las épocas más remotas diversos juristas han mostrado una gran preocupación para exponer, precisar y defender cuáles son los ideales de lo que debe entenderse por impartición de justicia. Para algunos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como lo son Arturo Fernández Zaldivar Lelo de Larrea y Alfredo Gutiérrez Ortíz Mena, al parecer nada de ello les interesa. No sienten la necesidad de una impartición de justicia libre de corrupción.
Antes de entrar al tema hagamos un poco de historia: La Suprema Corte de Justicia, fue en algunos casos y durante la época del neoliberalismo, refugio de ciertas togas que no se distinguieron por su probidad, ministros que carecieron de la primera virtud que se requiere para ocupar el elevado sitial de señor ministro. La toga proba es precisamente una colaboradora de la justicia y la de varios ministriles fue y es contraria a la verdad y honorabilidad que debe de prevalecer en la impartición de ella.
Para muchos letrados pertenecientes a la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., fue un gran vendaval el escuchar a Arturo Zalvidar Lelo de Larrea y Alfredo Gutiérrez Ortíz Mena expresando argumentos inútiles e insensatos, relacionados con el tópico de combate a la corrupción en el Poder Judicial Federal; para acabar esa tormenta fue necesario encuadrar una voz femenina y enérgica que consiguió interrumpirlos en sus deseos de continuidad con ese obscuro proyecto por ellos presentado.
Por cierto, esas togas muy propensas a la lealtad de la corrupción, tienen mucho que ver con muchos actos de impudicia que en próximas columnas referiré, sucesos cometidos durante la época del neoliberalismo y en ésta Cuarta Transformación de la Nación.
El espíritu mediático del Señor Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fue arropado por falsas tesis de combatir el execrable fenómeno de la corrupción que impera en el medio de impartición de justicia, ese “Siervo de la Nación” sólo dio como resultado palabras sin fortuna –ya que ni de hecho ni históricamente hizo algo— insistió en haber alcanzado logros durante su mandato, cuando todos sabemos que no hizo nada. Pero sin menoscabo de estas circunstancias fácticas reales, debemos recordar que en el Poder Judicial Federal los jueces viriles denunciaron diversos actos de corrupción en los adentros del emblemático edificio ubicado en Pino Suarez, número 2 y Zaldivar Lelo de Larrera, bien gracias.
Dicho lo anterior, la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, nunca tuvo duda alguna, ni la hay ahora, de aquellas intenciones perversas de Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortíz Mena y otras togas más que se encuentran perfectamente identificadas, de perpetrarse en el poder y dar continuidad a los proyectos de proteger y brindar impunidad a todos aquellos corruptos que en todos los confines de la Patria denigran a la justicia prostituyendo a la misma.
La historia será nuestro más evidente testigo, por ello en futuras columnas se exhibirán todos aquellos actos de indecencia perpetrados por indignas togas que ocupan y ocuparon el elevado sitial de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, coincidentemente esos iletrados son aquellos que apoyan los insanos proyectos para simular el combate a la corrupción, mismos que han pretendido impedir el proyecto presentado por una dama de bien para combatir y limpiar el entorno de la impartición de justicia.
México requiere en la actualidad hechos no argumentos inútiles e insensatos.
Es el deseo de éste Centro de Estudios destapar la cloaca de corrupción que existe en el medio y así lo hará. Corruptio optima, pessima.