Noticias Chihuahua:
El gobierno de Estados Unidos, por medio del Departamento del Tesoro, congeló los bienes de 22 personas y empresas mexicanas supuestamente vinculadas al Cártel de Sinaloa. Entre los señalados está la diputada Hilda Araceli Brown, de Morena, acusada de facilitar que el crimen organizado influya en el gobierno municipal de Rosarito.
Se menciona que varias empresas en Baja California fueron señaladas por lavado de dinero y por servir de apoyo logístico al cártel liderado por la facción de “Los Mayos”. Las autoridades afirman que algunas propiedades fueron utilizadas para actividades ilícitas y para disfrazar operaciones del crimen.
La legisladora niega cualquier irregularidad, y afirma que se trata de una campaña para desprestigiarla. Alega que no hay pruebas definitivas que la vinculen personalmente con los ilícitos que se le imputan.
Esta medida forma parte de una estrategia más amplia de cooperación entre México y Estados Unidos para combatir al narcotráfico. Las sanciones también buscan cortar financiamiento y redes de apoyo, incluyendo empresas fachada y conexiones políticas locales.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México ya anunció que aplicará el bloqueo administrativo correspondiente, como parte del acuerdo bilateral. Esto no implica necesariamente responsabilidad penal inmediata, pero sí afecta finanzas y propiedades.
Estas acciones ocurren en un contexto donde México enfrenta presiones internacionales para reducir la corrupción política ligada al narco. La visita de funcionarios estadounidenses refuerza la urgencia de respuestas concretas desde el gobierno mexicano.
El caso pone en foco el desafío de mantener transparencia en las instituciones, no permitir que el crimen organizado interfiera con autoridades electas, y que haya sanciones reales cuando se comprueben hechos.
El impacto político puede ser fuerte para Morena, pues señalamientos como este le restan confianza ciudadana. También abre el debate sobre la debida diligencia que deben tener los partidos al elegir candidatos.
Finalmente, se observa que el combate al crimen organizado ya no solo es asunto de seguridad, sino también de finanzas, lavado de dinero, sanciones internacionales y relaciones diplomáticas.







