La inseguridad es un tema que se ha quedado en el día a día del país; muchos sectores económicos han denunciado desde hace tiempo una serie de problemas, entre estos el cobro de derecho de piso por parte de la delincuencia organizada y en el caso de las gasolineras, hay reportes de que les pueden llegar a pedir hasta 100,000 pesos al mes.
En Michoacán, uno de los estados con mayor presencia del crimen organizado, es donde se llegan a ver casos de este alto cobro de piso; solo por una gasolinera, al año lo pagado suma 1.2 millones de pesos.
“Esto es una realidad”, indicó Alicia Zazueta, vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES).
Otras entidades con alta inseguridad para el sector gasolinero son Oaxaca, Baja California, Puebla, Tamaulipas y Guerrero.
Zazueta apunta que el cobro de piso es algo que aqueja a las gasolineras desde hace años, pero a esto se añaden otros delitos, por ejemplo, el robo de pipas.
“Hemos visto recientemente mucha delincuencia en el tema de la logística, cuando recorren muchos kilómetros les detienen la unidad la decomisan y bajan a la persona y se la llevan. Tenemos varios casos abiertos porque las carreteras están muy inseguras y siempre los combustibles están en el ojo del huracán de la gente”, señaló.
También la delincuencia ha entrado en estaciones de servicio que están cerradas por alguna autoridad o por remodelación o porque se adquirió y estaba sin utilizarse; en aglunos casos, el crimen organizado ha querido usar esas instalaciones para operarlas.
Otra constante son los asaltos a los trabajadores que están despachando en las gasolineras: “todo esto es algo con lo que viven los empresarios que tiene que lidiar con la inseguridad en todos los niveles desde el cobro de piso, robo de pipas, asaltos frecuentes”.
Además de la merma económica por los robos, extorsiones y cobros de piso, las gasolineras incurren en importantes costos para la seguridad.
“Una estación de servicio tiene que tener a un guardia armado, cámaras por todas partes, capacitación constante, apoyo o colaboración con autoridades locales que a veces les cuesta, entonces el costo de seguridad en este giro siempre es muy alto”, refirió.
Zazueta comentó que los empresarios a veces tienen la necesidad de cerrar temporalmente sus gasolineras en lo que se tranquiliza la situación de alguna localidad, pues la misma delincuencia organizada lanza amenazas constantes, pero los propietarios tienen que seguir sosteniendo al trabajador para mantener el negocio y después reabrir.
“Sí tenemos conocimiento de varias (que han vivido esto)”, afirmó la directiva.