Querido Memo:
Nos has hecho muy felices. Y vaya que nos hacía falta. Tu atajada del penalti del futbolista estrella del equipo de Polonia, Robert Lewandowski, fue vista en todo el mundo. De allí en adelante los polacos ya no tuvieron una oportunidad como esa para meter un gol. Tu actuación por lo visto no solamente estuvo basada en tu capacidad atlética y tu experiencia futbolística, sino en un concienzudo estudio del rival. Tuviste que ver muchos videos de penaltis tirados por este que es el mejor jugador polaco y uno de los mejores del mundo, para tener una pista de cómo actuar. Nunca te habías preparado tanto para una ocasión como esta. Inútil decir que muy pocos penaltis son detenidos por el guardameta. «Trabajamos en eso durante dos meses con Gustavo Piñero. Es algo difícil porque ves sus penales en video, que son más de 100 y no sabes a dónde va a tirar, pero al final estoy feliz de atajar el penal y mantener el cero», declaraste. Cuando me enteré que hace 92 años que no se detiene un penalti en una Copa del Mundo, como en 1930 cuando el portero mexicano Óscar Bonfiglio lo hizo ante el tiro del argentino Fernando Paternoster, entonces especialista en la ejecución de la pena llamada pena máxima, me quedé asombrada y me dije: «No hay duda, Memo es de verdad un héroe. Un verdadero estudioso de su profesión. Le tengo que escribir una carta que lo admiro, yo que ignoraba todo de su trayectoria y de la historia de futbol en general». Acto seguido me metí a Wikipedia y allí sí que me apantallaste por todo lo que has logrado, tanto en México como en Francia. ¡¡¡Hablas francés de corridito y con mucho vocabulario!!! Has participado en varios clubes franceses, de muy buen nivel. El diario deportivo L’Équipe, cuyo tiraje es de más de 320 mil ejemplares, te ha nombrado varias veces como uno de los cinco personajes estrella de las cinco Copas del Mundo en las que has participado. «A sus 37 años, Guillermo Ochoa es un líder incuestionable de México», decía el titular del diario francés en grandes letras. En Ajaccio, Córcega, te adoran, te admiran y tienes miles de seguidores. Fuiste el primer portero mexicano en jugar en Europa, particularmente, en el AC Ajaccio. Lograste estar en la lista del Balón de Oro, siendo así el primer mexicano que lo logra. Me da la impresión que eres de lo más modesto, a pesar de todos tus logros. No en balde al otro día de tu hazaña en muchos diarios del mundo se leía: «Olé de Argentina y la Gazzetta dello Sport en Italia lo llamaron héroe, L’Équipe de Francia lo colocó como un arquero de nivel mundial, The Sun en Inglaterra lo catalogó como leyenda y Marca destacó que su atajada fue de récord». (Infobae).
También la FIFA elogió al guardameta con una publicación en Twitter donde aparece su fotografía con la leyenda: «Las Manos de Dios».
¿Qué tal, Memo? ¡Cuántas flores, cuántos elogios y cuántos aplausos! Sobre todo, entre los niños mexicanos. En todas las escuelas interrumpieron las clases para ver o escuchar el partido México-Polonia, cuando detuviste el balón lanzándote hacia la izquierda, la euforia fue indescriptible. Todos los niños y niñas te echaban porras a todo pulmón. Era muy conmovedor escucharlo. El martes te volviste mucho más famoso que López Obrador. Ese día lo eclipsaste, gracias a Dios.
Ahora sé mucho de tu vida, incluso familiar. Sé que tu esposa, Karla, es muy guapa, madre de tres hijos y que te acompaña a todos los torneos importantes, desde que te fuiste a Francia, luego a España y Bélgica. En una de las portadas de la revista Hola! aparece la familia Ochoa muy unida y sonriente. Memo, eres un suertudo, todo te lo has ganado a pulso y, además, me encanta tu peinado, tu pelo chino y esponjado y tu banda negra. Qué bueno que eres tan alto, muy necesario ahora para ser portero. Como decía mi tía Guillermina: «caballo grande, aunque no ande». Como tú y Karla, mi familia también es de Guadalajara. He allí un plus de más.
Memo, por favor no vayas a fallarnos. A estas alturas, de depresión, no soportaríamos un fracaso más. El próximo sábado cuando el Tri se enfrente a Argentina, sé que será muy difícil. Pero tú, ya nombrado oficialmente como San Memo, protegerás tu portería como si se tratara de las puertas del cielo. No es que te esté presionando, pero este gobierno nos tiene muy decepcionados y asustados.
No, nos puedes fallar. Que Dios y el Espíritu Santo te iluminen y atajes todos los balones que te lleguen.
Atentamente, una admiradora más.
P.D. No nos falles.