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A Ovidio Guzmán López, lo podían capturar cuando las autoridades lo desearan. Siempre supieron dónde estaba, la capacidad de fuego que le acompañaba y la logística de sus operativos para evitar el arresto. El operativo que lo tenía cercado, llevaba seis meses

Empero, no se le restan méritos a los militares que encabezados según dicen por al Guardia Nacional que se topó con unidades de blindaje “hechizo” de los delincuentes en Jesús María, cerca de Culiacán, dicen, dio el motivo de la captura.

No obstante, todo estaba preparado incluyendo la logística que extraer al chapito y enviarlo a la ciudad de México incluso sin utilizar el aeropuerto de Culiacán.

En el mismo Black Hawk de apoyo armado. Los detalles sobre las víctimas del enfrentamiento no se dieron a conocer, pero el hecho viene a rescatar algo de honor militar perdido hace tres años en el fallido culiacanazo.

Pero hasta ahora, sea como “haiga sido”, el más beneficiado sería el propio ganso, quien ya ni encuentra la puerta para salir del hoyo de 145 mil asesinatos, 93 por ciento impunes, 36 mil desaparecidos, el enorme déficit presupuestal que en 2022 sumó 611 mil millones de pesos y que para este año presupuestalmente tiene un techo de 1.2 billones de pesos.

Y lo peor, la crisis sanitaria, la deuda de Pemex que debe descargar 16.7 mil millones de dólares entre 2023 y 2024, amén de los escándalos de corrupción que hacen a parecer a los neoliberales como hermanas de la caridad.

La lista la encabezan los hijos del mesías tropical, le siguen los hermanos, nueras, cuñadas, otros familiares y compadres, miembros del gabinetazo y sus allegados, pero donde la corrupción hace apología más allá de lo que sucede en el INSABI, CONACyT, Banco del Bienestar, programas sociales y otros rollos, está lo de Segalmex y sus cerca de 10 mil millones de pesos, que dejan a los autores de la “estafa maestra” como personas honradísimas, con méritos suficientes para militar en la 4T.

Todo eso saltó a la vista en estos días, se necesitaba un distractor muy importante que pudo ser el propio presidente de Estados Unidos Joe Biden de aceptar su servicio secreto utilizar el Aeropuerto Felipe Ángeles durante su visita de la próxima semana.

No sólo eso, el propio mandatario estadunidense, como prólogo a su participación en la cumbre con el profeta macuspano y el primer ministro Canadiense, anunció que se daría una vueltecita por la frontera para checar temas relacionados con seguridad y migración.

O sea, el hígado del ganso ya no aguantó y se decidió tomar una decisión drástica, inmediata y desde luego, oportuna para distraer atención, minimizar todo lo que está pasando e incluso hacer olvidar la infortunada declaración de que el apoyo a los pobres es una estrategia política, no una posición personal del machuchón tabasqueño.

Y en eso, sabe que se equivocó, que por no tener balatas, se fue de la lengua y ahora sólo hizo visible lo que todos sabíamos, que para él los pobres son sólo un instrumento para encumbrarse y sostenerse en el poder.

Es algo básico en todos los políticos lo de primero los pobres, de hecho, el tlatoani de Tepetitán lo ha confesado y grabado en varias ocasiones, que a las masas hay que darles y decirles lo que les gusta, al fin y al cabo, nada lo obliga a cumplir lo que promete.

También revela con esa declaración su intención de pauperizar más al país, tener más dependientes de las dádivas gubernamentales que él mismo presume, llegan a 30 millones de familias con lo cual considera tener garantizada la permanencia de un sistema de gobierno empobrecedor, de conformistas de gente que en el subliminación del populismo, prefieren esperar la limosna gubernamental que superarse a sí mismo para alcanzar mejores niveles de vida.

Urgía entonces un tema de grandes dimensiones, de escándalo que cambiara la conversación incluso con los Estados Unidos donde no pasan desapercibidas sus bravatas, amenazas a la democracia, a la inversión y de conseguirse aliados en un bloque de un sistema fracasado, pero que eterniza en el poder a sus nomenclaturas.

Ahora veremos que sigue, porque los criminales, no se van a quedar quietos después de cuatro años de apapachos.

Por AL PE

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