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Este miércoles, el gobierno de Estados Unidos asestó un duro golpe a la pandilla supremacista blancaPeckerwoods, una organización criminal con base en el Valle de San Fernando, cerca de Los Ángeles, California.

Decenas de miembros de esta violenta pandilla fueron acusados de diversos delitos, incluidos tráfico de drogas y posesión ilegal de armas, en lo que las autoridades han descrito como un avance significativo en la lucha contra el crimen organizado neonazi en el país.

El fiscal estadounidense Martin Estrada declaró:

«La violenta ideología de los supremacistas blancos Peckerwoods y su amplia actividad criminal amenazan a nuestra comunidad. Al supuestamente alinearse con todo, desde el tráfico de drogas hasta delitos con armas de fuego, robo de identidad y fraudes con Covid, los Peckerwoods son una fuerza destructiva».

Pandilla Peckerwoods

La acusación, hecha pública este miércoles tras una investigación federal que culminó en varias redadas simultáneas, señala a 68 personas involucradas en una variedad de crímenes, como asociación ilícita, tráfico de drogas, fraude y delitos con armas de fuego.

Entre los materiales incautados se encuentran un arsenal de armas ilegales y grandes cantidades de drogas, incluidas potentes sustancias como el fentanilo, un opioide sintético cuya comercialización ilegal ha generado una grave crisis de adicción en Estados Unidos.

La operación contra los Peckerwoods no solo buscaba desmantelar su red de narcotráfico, sino también hacer frente a su ideología de odio.

Esta pandilla neonazi está vinculada a la Hermandad Aria, una poderosa organización supremacista blanca que opera dentro de las cárceles de California. Además, mantiene acuerdos con la mafia mexicana, lo que le permite controlar buena parte del tráfico de drogas y otras actividades criminales en la región.

Los Peckerwoods son conocidos por exhibir tatuajes e iconografía neonazi, como esvásticas y el número «88», un código utilizado por los simpatizantes del nazismo para hacer referencia a «Heil Hitler».

Este número tiene un significado particular dentro del movimiento supremacista blanco, ya que la H es la octava letra del abecedario, por lo que 88 representa un saludo al líder nazi Adolf Hitler.

El supremacismo blanco, una ideología que defiende la superioridad de las personas blancas sobre otras razas, ha sido un problema persistente en Estados Unidos.

A lo largo de la historia, esta creencia ha alimentado grupos de odio que promueven la violencia y la exclusión de comunidades minoritarias.

En particular, los supremacistas blancos han estado involucrados en actos de terrorismo, crímenes de odio y actividades criminales como el tráfico de drogas, a menudo utilizando su ideología para justificar sus acciones.

Las pandillas supremacistas como los Peckerwoods se adhieren a esta ideología extremista, lo que agrava su peligro para la sociedad. No solo se dedican a actividades criminales, sino que también promueven una narrativa de odio que busca desestabilizar las comunidades multiculturales de Estados Unidos.

Uno de los elementos clave en esta operación fue la incautación de grandes cantidades de fentanilo, una droga que ha sido responsable de decenas de miles de muertes en Estados Unidos.

El fentanilo es un opioide sintético que se utiliza comúnmente para tratar dolores intensos, pero su abuso ha desencadenado una crisis de salud pública en el país, con un alarmante aumento en los casos de sobredosis.

El fiscal general de Estados Unidos, Merrick B. Garland, calificó la operación contra los Peckerwoods como un «golpe decisivo» en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. «Tenemos que hacer frente no solo a las actividades criminales, sino también a la ideología de odio que alimenta estos grupos», afirmó Garland.

El tráfico ilícito de fentanilo ha sido un tema recurrente en la política estadunidense. Figuras como el expresidente Donald Trump han criticado en repetidas ocasiones la entrada de drogas a través de la frontera con México, culpando a los inmigrantes de su comercialización.

Sin embargo, el problema es más complejo, ya que las redes criminales que operan en ambos lados de la frontera, como los Peckerwoods y la mafia mexicana, juegan un papel central en la distribución de esta peligrosa droga.

Aunque esta operación representa un avance importante, las autoridades reconocen que la lucha contra las pandillas supremacistas blancas y el tráfico de drogas está lejos de terminar.

La colaboración entre grupos criminales neonazis y otras organizaciones delictivas, como la mafia mexicana, presenta un desafío continuo para la seguridad pública en California y en todo Estados Unidos.

La amenaza que representan estos grupos no solo se limita al tráfico de drogas y armas, sino también a la propagación de una ideología que busca dividir a la sociedad estadounidense.

El desmantelamiento de los Peckerwoods es un paso en la dirección correcta, pero las autoridades están conscientes de que es necesario un esfuerzo sostenido para combatir tanto el crimen organizado como el odio racial que alimenta a estas pandillas.

Por AL PE

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