PAUSA.MX

El proditorio asesinato de la candidata a alcaldesa de Celaya, Gisela Galván, sirvió de pretexto para que López Obrador volviera a lanzarse en contra de un adversario político. En este caso, el gobernador de Guanajuato Diego Sinhue Rodríguez.

“El gobernador gobierna (sic) pero no manda, para decirlo claro”, declaró López Obrador ayer en su mañanera, como si él verdaderamente gobernara en el país.

Actúa como monarca. Regala nuestro dinero a gobiernos extranjeros sólo porque le sale de los testículos. Sin contrapesos, pues el Congreso de mayoría morenista está plegado a sus caprichos.

Pero vea usted cómo es que gobierna el que tampoco manda.

Un reporte de Integralia dado a conocer ayer da cuenta de que:

“De septiembre de 2023 a la fecha, registramos 300 incidentes de violencia política, asociados a 399 víctimas, lo que implica un promedio de 1.8 víctimas diarias. A poco más de 60 días para la elección, el proceso electoral 2023-2024 ya es el más violento de la historia moderna de México.

“Los aspirantes o candidatos concentran 31.8% de las agresiones, funcionarios o exfuncionarios públicos

“24.1% y políticos o expolíticos, 22.1%. El resto de las víctimas son familiares y colaterales.

“En el periodo de análisis se registran 161 asesinatos, 100 amenazas y 85 atentados. El resto de agresiones se distribuye entre secuestros, desapariciones y otras formas de violencia.

“Regionalmente, la violencia se concentra en el occidente y centro del país; Guerrero, Michoacán y Morelos son las entidades con mayor número de víctimas registradas al momento.”

¿Tampoco gobiernan ni mandan los gobernadores morenistas Evelyn Salgado, Alfredo Ramírez y Cuauhtémoc Blanco?

Ni gobiernan. Ni mandan. Son meros peones de López Obrador.

El que manda es el crimen. Y en todo el país.

* * *

Por cierto que el mismo López Obrador tanto como su fallido clon Sheinbaum Pardo confunden cuál es el rol de las fiscalías.

La candidata morenista recién culpó de la inseguridad y violencia desatada que padecen los morelenses al fiscal Uriel Carmona.

Y el todavía presidente, ayer volvió a la carga en contra del fiscal de Guanajuato Carlos Zamarripa.

Lo hacen convenencieramente, porque por más ignorante que sea AMLO –Milei dixit—y por más que “la científica” sea la imitamonos del primero, ambos deberían saber que el papel de los fiscales es actuar luego de que las policías, la Guardia Nacional y aún el mismo Ejército detengan a los todavía presuntos delincuentes.

La inseguridad es producto de la falta de aplicación de la ley por parte de los mal llamados cuerpos de seguridad –infiltrados todos por criminales—que, antes que poner a disposición de los fiscales a los delincuentes los dejan libres, los abrazan y miman –ahora el líder republicano Mike Johnson dixit–, si no es que los “abaten”, eufemismo de los asesinan.

O ¿a poco Alejandro Gertz es el culpable de la violencia y la inseguridad de la que es presa la población en nuestro país?

* * *

¡Que mal les ha ido a los pernos y tornillos en la Cuarta Transformación!

A los primeros, le echaron la culpa del mortífero derrumbe de uno de los tramos elevados de la Línea 12 del Metro de la capital.

Los segundos, ahora, son causantes del descarrilamiento del Tren Maya ocurrido la semana anterior.

¿Ninguna falla humana? ¿De mantenimiento? ¿De obras mal hechas? ¿Nada de eso?

Claro que no. Son los pernos y tornillos que se han vuelto adversarios, enemigos de usted ya sabe quién.

Por AL PE

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