Un nuevo brote de Legionella pneumophila en la ciudad de Nueva York ha dejado al menos tres personas muertas y 67 más infectadas hasta el momento, según informaron autoridades sanitarias este 6 de agosto de 2025. El Departamento de Salud de la ciudad (DOHMH, por sus siglas en inglés) confirmó que el epicentro del brote se encuentra en el vecindario de Central Harlem.
La primera alerta se encendió el pasado 25 de julio, cuando hospitales locales comenzaron a reportar múltiples casos de neumonía atípica con síntomas compatibles con la enfermedad del legionario.
Tras analizar las muestras clínicas y ambientales, las autoridades determinaron que se trataba de un brote de legionella, una bacteria que se propaga por la inhalación de gotas de agua contaminada y que puede provocar infecciones pulmonares graves.
Durante la investigación, el Departamento de Salud inspeccionó las torres de enfriamiento en la zona afectada, encontrando que 11 de ellas dieron positivo a Legionella pneumophila. Las torres contaminadas fueron tratadas de inmediato conforme a las regulaciones de control ambiental de la ciudad, lo que incluyó tareas de limpieza, desinfección y monitoreo posterior.
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Las autoridades confirmaron que todos los propietarios cumplieron con las órdenes de remediación en un plazo menor a 24 horas.
Hasta el momento, la cifra de víctimas mortales se elevó a tres, mientras que otras 67 personas han sido diagnosticadas con la enfermedad. El primer fallecimiento se reportó el 30 de julio y, en menos de una semana, se confirmaron dos decesos adicionales. Los afectados presentan síntomas que incluyen fiebre alta, tos, dificultad para respirar, fatiga, dolores musculares y, en algunos casos, diarrea y confusión.
La mayoría de los enfermos son adultos mayores o personas con condiciones médicas preexistentes, quienes son especialmente vulnerables a este tipo de infección.
La legionella no se transmite de persona a persona. Su contagio se da al respirar vapor de agua contaminada, comúnmente generado por torres de enfriamiento, fuentes decorativas, jacuzzis, duchas y sistemas de aire acondicionado centralizados. No hay riesgo al beber agua del grifo, pero sí al inhalar microgotas en las que la bacteria esté presente.
La enfermedad del legionario es una forma severa de neumonía bacteriana que puede ser mortal si no se trata a tiempo. Su tasa de letalidad ronda el 10 por ciento en personas sanas, pero puede alcanzar hasta un 25 por ciento en pacientes inmunocomprometidos o de edad avanzada.
El tratamiento consiste en antibióticos como fluoroquinolonas, azitromicina o doxiciclina, y los síntomas suelen aparecer entre dos y catorce días después de la exposición.
El brote ha generado preocupación entre los residentes y autoridades locales, que han intensificado los esfuerzos de vigilancia y prevención en toda la ciudad.
Además de las acciones inmediatas en Harlem, el DOHMH ha iniciado una campaña informativa dirigida a hospitales, clínicas y la población general para detectar rápidamente nuevos casos y evitar una mayor propagación.
El alcalde Eric Adams declaró que la situación está bajo control, pero insistió en que se mantenga la vigilancia epidemiológica, especialmente entre los sectores de riesgo.
“Queremos tranquilizar a la población, pero también hacer un llamado a la responsabilidad. Si alguien presenta síntomas respiratorios, debe acudir de inmediato a un centro médico”, subrayó.
Por su parte, expertos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) se han sumado a la investigación para determinar el origen preciso del brote y evitar que se repita.
Este es el segundo brote de legionella de gran magnitud en Nueva York en los últimos tres años, luego del registrado en el Bronx en 2022, lo que evidencia que la infraestructura urbana sigue siendo un factor clave en la transmisión de esta bacteria.
La comunidad científica ha señalado que el cambio climático y las altas temperaturas veraniegas también podrían estar contribuyendo a la proliferación de Legionella, ya que el calor favorece el crecimiento de bacterias en sistemas de agua estancada.
En este sentido, se ha reiterado la importancia del mantenimiento adecuado y frecuente de torres de enfriamiento, sistemas de agua caliente y equipos industriales.
Ante este panorama, el Departamento de Salud ha recordado que todos los edificios con sistemas de enfriamiento deben cumplir con la normativa vigente, que exige el registro y análisis bacteriológico regular.
Además, los operadores deben garantizar que el agua se mantenga a temperaturas seguras: por encima de 51°C para evitar el desarrollo bacteriano.
En las zonas afectadas, el gobierno local ha dispuesto líneas telefónicas y centros de atención sanitaria para responder preguntas de los residentes, así como para canalizar posibles casos nuevos.
Se recomienda a la población, especialmente a personas mayores de 50 años, fumadores o individuos con enfermedades pulmonares crónicas, que extremen precauciones y estén atentos a cualquier síntoma respiratorio.
Las autoridades insisten en que, aunque el riesgo general es bajo, la cooperación entre vecinos, técnicos y responsables de edificios es esencial para garantizar la seguridad sanitaria colectiva.
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