CHIHUAHUA.- Ante los constantes enfrentamientos entre miembros de diferentes bandas del crimen organizado, al menos 30 familias han sido expulsadas de sus hogares en Guadalupe y Calvo. Sicarios los obligan a salir, sin darles oportunidad, a veces, de llevarse sus pertenencias. O huyen por terror.
El fiscal general Roberto Fierro Duarte dio a conocer cuántos han sido víctimas de estos desplazamientos, y aseguró, sin especificar fecha, que dentro de poco se implementarán operativos conjuntos para reubicar y devolver las propiedades.
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En contraste, el representante del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), Gabino Gómez Escárcega, aseguró este viernes, que un aproximado de 87 personas han abandonado sus casas en Uruachi, Urique y Guadalupe y Calvo ante los crecientes niveles de inseguridad.
Antes —manifestó— los pobladores, por razones económicas, se marchaban de sus comunidades para buscar empleo en otros muncipios. En cambio, lo que ocurre ahora es una expulsión de familias enteras, de diversas locaciones.
En Bocoyna sufren casos similares. Este lunes más de 70 familias víctimas de desplazamiento forzado, ante su condición de vulnerabilidad, recibieron apoyo alimenticio por parte del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), mientras que 11 son atendidas por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CAEV).
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