1) Revisar los escondites e identificar su presencia. Si se observan pequeñas manchas negras o restos de gotitas de sangre, o bien las manchas parecidas a rayones que produce el líquido que excretan después de comer en ropa, colchones, cortinas, clósets, cabeceras, sillas y sofás, es momento de aislar cada una de las piezas y disponerlas para un tratamiento profesional. También hay que verificar la presencia de huevos, cáscaras y larvas, que son diminutos color amarillo claro. ¡Y por supuesto, la presencia de chinches vivas! 2) Aislar las piezas infestadas. Los colchones deben colocarse verticales en el patio o aislados en el baño. La ropa dentro de bolsas de plástico herméticas. También los cestos de ropa sucia. 3) Evitar la transmisión de chinches. Si se va a desechar la ropa, es mejor destruirla a altas temperaturas, a fin de no llevarlas hacia otras familias. Podría resultar que regresen. Hablar con todos los miembros de la familia o de la organización, almacén, empresa, escuela o centro de convivencia. 4) Aspirar a conciencia el resto de la habitación o la casa. Cortinas, cajones, aparatos y tomas eléctricas, tapices, cuadros, grietas, patas de la cama, etc. 5) Acudir al especialista. Asegurarse de que cumpla con los protocolos internacionales de manejo integrado de plagas, que constan de cuatro fases: prevención, vigilancia y diagnóstico, educación y monitoreo. |