CERESO

CHIHUAHUA. A más de tres meses de las muertes de Juan Carlos Álvarez Díaz, de 39 años, y Hugo Arad García Robles, de 23, al interior del Centro de Reinserción Social (CERESO) número 1, en Aquiles Serdán, no se ha confirmado si se inyectaron fentanilo traficado al reclusorio. 

El fiscal general Roberto Fierro Duarte manifestó que, hasta el momento, no se ha podido comprobar si se trata del opiáceo, a pesar de haber solicitado el apoyo de diversas Fiscalía del país.

Lo inicial —detalló el funcionario— sería determinar si se trata de esa sustancia; después, determinar cómo pudo haber ingresado a la cárcel y si fue suministrada en jeringas.

Aseguró que todo está bajo investigación y que, desde entonces, se han implementado operativos frecuentes en cada una de las celdas. No obstante, en lo que va del año, han muerto 8 reclusos en las diversas prisiones del Estado.

Los pasados martes 8 y miércoles 9 de febrero, fallecieron, respectivamente, Juan Carlos y Hugo Arad. Según la última información brindada por la FGE, junto al primer cadáver se localizaron extractos de monoacetilmorfina, pero, tras estudios forenses, no se detectaron alcohol o estupefacientes; en cuanto al segundo, se encontraron bajas dosis de marihuana y opiáceos.

Desde el pasado 29 de abril, Fierro Duarte informó que, pese a las revisiones constantes, no se ha detectado ningún indicio del narcótico. Es fácil de ocultar, dijo.

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