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Más de 67 millones de personas realizaron al menos una compra en línea en 2024 y una mayoría creciente lo hace desde el celular. Detrás de esas cifras hay una transformación silenciosa: miles de pequeñas y medianas empresas que encontraron en los marketplaces y en el e-commerce su principal canal de crecimiento, abasteciendo desde categorías tradicionales hasta nichos especializados.
El problema es que ese salto digital no siempre viene acompañado de financiamiento. En el segundo trimestre de 2025, apenas 14.9% de las empresas del país utilizó nuevos créditos bancarios y menos de un tercio reportó contar con crédito de la banca comercial. Para las PyMEs el desajuste es más evidente: radiografías recientes señalan que 4 de cada 10 cierres de negocio se explican por falta de liquidez, dificultades para conseguir crédito o mala administración. En otras palabras: el canal digital crece, pero el capital de trabajo sigue llegando tarde.
En ese punto de tensión —e-commerce que avanza a doble dígito y crédito que no alcanza— es donde se ha colocado Creizer, una fintech fundada por Emiliano Musalem que decidió construir un modelo de financiamiento nativo digital, alimentado por los datos de operación de los propios comercios electrónicos.
Creizer no nació como una financiera tradicional, sino como una empresa de analítica para retail. La pandemia obligó a mirar los datos con otros ojos. Al seguir en tiempo real el comportamiento de ventas, inventarios y recurrencia de clientes, Musalem llegó a una conclusión simple pero de alto impacto: si la data puede recomendar cómo crecer, también puede sustentar el crédito que financia ese crecimiento.
El primer préstamo no lo aprobó un comité de riesgo: salió del bolsillo del fundador. Después vinieron los «friends & family» y, con los buenos resultados, ángeles y fondos mexicanos. La validación global llegó con Y Combinator (batch W22). A partir de ese punto, la prioridad fue industrializar el modelo: dos años dedicados a construir tecnología propia, desarrollar modelos de riesgo basados en deep learning, automatizar la originación y estandarizar procesos en todas las áreas.
El objetivo era claro: que el crédito fuera tan natural para el e-commerce como un botón de «comprar ahora». No se trataba solo de prestar dinero, sino de usar la telemetría del negocio —ventas, inventario, recurrencia, devoluciones, estacionalidad— para ofrecer capital de trabajo sincronizado con la operación.
Hoy, la integración de Creizer con plataformas de e-commerce y marketplaces es nativa. La fintech se conecta para leer la telemetría comercial de cada cliente y, con esa información, diseña productos financieros que se ajustan a la realidad de cada negocio, en lugar de obligar al comerciante a adaptarse a un crédito rígido pensado para otra época.
Su foco es 100% e-commerce, marketplaces y comercios nativos digitales con entidad en México, pero con la capacidad de fondear operaciones cross-border: por ejemplo, inventario en Estados Unidos o Europa para sellers mexicanos que ya lograron expandirse. Ese matiz es clave para un segmento que queda atrapado entre dos mundos: demasiado digital para las metodologías tradicionales de crédito, pero aún pequeño para los grandes esquemas corporativos de financiamiento.
«Lo que buscamos es más ventas, más velocidad y menos fricción financiera para quienes ya venden en canales digitales», resume Musalem. Detrás de la frase hay un diseño de producto que se apoya en datos en tiempo real, no solo en estados financieros desfasados o garantías físicas.
Los indicadores internos acompañan el discurso. Creizer acumula más de 600 operaciones históricas y registra un crecimiento promedio superior al 30% en los clientes después de recibir crédito, con casos atípicos que han multiplicado su tamaño hasta seis veces.
La motivación de Musalem parte de una imagen muy concreta: emprendedores que venden todos los días en marketplaces y en e-commerce, pero que operan con capital al límite. Sin crédito adaptado a su realidad, se ven atrapados en el ciclo «compro poco, vendo poco»: compran el inventario que les permite la caja de esa semana, agotan existencias en temporadas clave y pierden oportunidades de crecimiento.
El norte de la compañía es, en palabras de su fundador, «poner capital a trabajar donde más datos hay: los comercios digitales que sostienen la economía local».






