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Recientemente en el Poder Legislativo se reactivó la discusión de una iniciativa que busca ampliar derechos laborales para trabajadores del sector informal, con el fin de regularizar su acceso a seguridad social y prestaciones básicas. Legisladores de varios partidos presentaron propuestas para crear un régimen especial de cotización, que permita inclusión gradual de trabajadores independientes, comerciantes informales y personas dedicadas a actividades pequeñas. Las modificaciones contemplan cuotas reducidas al inicio, programas de capacitación, seguro médico, pensión mínima y protección ante accidentes laborales.
El debate ha generado consenso en torno a la necesidad de reducir desigualdades, aunque existen posturas discrepantes sobre el financiamiento del esquema y su impacto en las finanzas públicas. Algunos representantes advierten que debe garantizarse sostenibilidad fiscal antes de aprobar grandes compromisos. Organizaciones civiles han mostrado apoyo al plan, argumentando que formalizar el empleo informal puede reducir vulnerabilidad y mejorar condiciones de vida.
De aprobarse la reforma, se espera que mejore la cobertura social de millones de personas que actualmente no tienen protección ni prestaciones. El gobierno federal ha expresado su disposición a impulsar la iniciativa, señalando que la informalidad laboral es un reto clave para el desarrollo económico y social del país. Por su parte, sectores empresariales han pedido claridad en plazos, reglas y beneficios, para adaptar el marco normativo sin afectar la competitividad.
Si la reforma avanza, también podría incentivar que más trabajadores se inscriban al sistema formal, lo que traería mayores aportaciones al sistema de seguridad social y contribuiría a disminuir desigualdades. A la vez, permitiría una contabilidad más justa de las contribuciones y ayuda a medir con mayor precisión el empleo real en el país.
El impulso a regularizar empleo informal se presenta como una estrategia de mediano plazo —no una solución inmediata—, pero con potencial para impactar positivamente en bienestar, salud y estabilidad económica de amplios sectores. La iniciativa aún tiene varios pasos en comisiones, donde se prevé escuchar a empleadores, sindicatos y expertos en economía.
Durante los próximos meses el Congreso informará el calendario para análisis, posibles modificaciones y fecha de votación final. Organizaciones de trabajadores y ciudadanos esperan una aprobación con criterios claros, transparencia y visión a largo plazo.







