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Un macabro hallazgo paralizó la colonia Cerro de la Cruz en la ciudad de Chihuahua este domingo, cuando un hombre sin vida fue localizado envuelto en una cobija, maniatado con cinta adhesiva y con un palo de madera incrustado en el hombro, un acto de sadismo que expone las vísceras y parte de la cabeza devorada por perros callejeros, un crimen que las autoridades atribuyen al ajuste de cuentas del crimen organizado en una zona ya marcada por la violencia extrema.

El reporte llegó al 911 alrededor del mediodía, alertando sobre un bulto sospechoso en un terreno baldío del cruce de las calles Díaz Ordaz y 62, donde agentes de la Policía Municipal confirmaron la escena dantesca: el cuerpo, de un varón de entre 30 y 40 años aún sin identificar, presentaba golpes múltiples en torso y extremidades, con el palo atravesando el hombro derecho como un estacazo medieval, un detalle que ha horrorizado a vecinos y activado una investigación inmediata de la Fiscalía General del Estado (FGE) para rastrear cámaras y testigos.

Elementos de la FGE acordonaron un perímetro de 100 metros mientras peritos recolectaron evidencias como la cobija gris manchada de sangre, cinta amarilla usada para atar las manos a la espalda y huellas de arrastre que sugieren que el cuerpo fue arrojado post-mortem, un patrón recurrente en homicidios narco en Chihuahua, donde este año se han registrado demasiadas ejecuciones similares, elevando el terror en colonias periféricas como Cerro de la Cruz, bastión de disputas territoriales entre facciones rivales.

La víctima, presumiblemente un operador de bajo nivel o deudor del narco según primeros indicios, fue trasladada al Servicio Médico Forense para una necropsia que determinará si la causa de muerte fue asfixia, hemorragia o trauma múltiple, mientras la Guardia Nacional incrementa patrullajes en la zona norte, un grito de auxilio en un estado donde la impunidad del 98% en estos crímenes convierte cada amanecer en ruleta rusa para los habitantes de barrios olvidados.