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En un salvavidas financiero que llega en el momento preciso para miles de familias mexicanas ahogadas por deudas hipotecarias, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha revitalizado su programa «Borrón y Cuenta Nueva«, una iniciativa que permite a los derechohabientes ponerse al corriente con sus pagos atrasados sin que la mensualidad se incremente ni los intereses se acumulen como una bola de nieve imparable, ofreciendo un respiro que transforma el pánico de embargos y desalojos en un camino viable hacia la estabilidad y el sueño americano de una casa propia que no se convierta en pesadilla.
Este mecanismo, ampliado desde septiembre de 2023 para incluir créditos en veces salario mínimo (VSM) y en pesos, ha inscrito a más de 15 mil personas hasta junio de 2025, con descuentos que alcanzan hasta 209 mil pesos en un solo caso, aplicados directamente al capital una vez que se registre un pago bimestral completo de la empresa empleadora para trabajadores formales cotizantes al IMSS, o tras tres pagos consecutivos para independientes o desempleados. El programa no solo borra los adeudos pendientes —hasta nueve mensualidades sin proceso jurídico ni reestructura vigente—, sino que preserva el plazo original del contrato, evitando que la deuda se hinche y protegiendo el historial crediticio que tanto cuesta reconstruir en tiempos de inflación galopante y empleos precarios.
Para acceder a este bálsamo económico, los beneficiarios tienen tres vías directas: ingresar a Mi Cuenta Infonavit (micuenta.infonavit.org.mx) en la sección «Mi Crédito» y seleccionar «Solicitud de reestructura«, o acudir personalmente a un Centro de Servicio Infonavit (CESI) o delegación cercana con el Número de Seguridad Social (NSS), el número de crédito y una identificación oficial vigente; si el caso está con un agente de cobranza extrajudicial, el asesor contactará para personalizar la solución. Esta flexibilidad no es un lujo, sino una necesidad en un país donde el 70% de los créditos Infonavit enfrentan retrasos por cambios económicos imprevistos, como despidos o emergencias familiares, y donde el programa se puede solicitar hasta dos veces al año para dar segundas —y terceras— oportunidades sin caer en el ciclo vicioso de la morosidad.
El impacto trasciende lo individual: al regularizar estos créditos, el Infonavit no solo alivia a familias que aportan el 15% de la vivienda formal en México, sino que inyecta oxígeno a una economía que depende de la confianza en el sector inmobiliario, evitando desalojos masivos que agravarían la crisis de vivienda en urbes como Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara. Expertos en finanzas personales celebran esta herramienta como un escudo contra la usura, pero advierten que su éxito radica en la educación financiera para prevenir futuros tropiezos, recordándonos que en la balanza entre el hogar soñado y la ruina, un programa como «Borrón y Cuenta Nueva» no es solo alivio, sino justicia para quienes construyen el país con sudor y ladrillos.
