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El alcalde Marco Antonio Bonilla Mendoza lamentó el asesinato del activista Carlos Manzo en Uruapan, Michoacán, y aseguró que México atraviesa un “estado fallido” donde opinar libremente puede costar la vida. Calificó a Manzo como “un gran hombre, un mexicano ejemplar y valiente” que se atrevió a denunciar la presencia del crimen organizado mientras el gobierno federal “mantenía los brazos cruzados”.
El munícipe hizo un llamado a no acostumbrarse a la violencia que golpea al país. “Hoy fue Carlos Manzo, mañana quién sabe quién sea. Mañana quizás sea tu hijo, tu hija, tu hermano, tu hermana o tu padre o madre”, expresó, recordando que el activista deja en la orfandad a una hija y a su esposa. Bonilla destacó que Manzo fue un defensor de los productores y de su comunidad, comprometido con su país incluso a costa de su vida.
Bonilla responsabilizó directamente al gobierno federal por el clima de inseguridad y criticó la estrategia de “abrazos y no balazos”, la cual —dijo— está cobrando la vida de personas ejemplares. Exigió dejar de lado la simulación y actuar con firmeza. “El gobierno debe actuar ya, de manera directa, ante la crisis de violencia que estamos viviendo”, enfatizó.
Lejos de guardar silencio, el alcalde pidió a los ciudadanos levantar la voz y no dejarse vencer por el miedo. “Debemos decir las cosas como son; México se está convirtiendo cada vez más en Venezuela y cada vez menos en México”, afirmó. Finalmente, Bonilla expresó su solidaridad con la familia de Carlos Manzo y con el pueblo de Uruapan ante la pérdida de un hombre que, dijo, “entregó su vida por defender a los suyos”.







