JIRONES DE NUESTRA HISTORIA
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Por: José Luis Jaramillo Vela
La Historia se compone de hechos, no de dichos
Desde los días previos a la ceremonia del último Grito de Independencia en este mes de septiembre que acaba de terminar, varios periodistas, pseudo periodistas, influencers, youtubers y quienes manejan las redes sociales afines a la 4t y al régimen, todos ellos chayoteros a sueldo por supuesto, empezaron a difundir en sus notas, comentarios y propaganda, el hecho cuasi épico y glorioso, rozando los umbrales del heroísmo, de que Claudia Sheinbaum sería la primera mujer en la historia de México que daría el Grito de Independencia.
Incluso la misma Señora Presidenta (el término es válido y aprobado por la RAE), feliz de la vida y cubriéndose de falsa gloria, decía en sus mañosas mañaneras que por fin la mujer mexicana, en sus más altos, caros y legítimos anhelos sería reivindicada y emancipada con este acto cívico – patriótico, liberándolas de las restricciones que impedían su desarrollo; nada más y nada menos que la gran salvadora de la mujer mexicana a través del grito de independencia; nada más falso, más deleznable, detestable, execrable y abominable que tratar de robar para sí, un hecho histórico que no le pertenece, puesto que Claudia no hizo absolutamente nada para lograrlo.
Fue muy evidente que la orden salió de la Oficina de Prensa de la Presidencia, puesto que todos los que ahí cobran, arrancaron simultáneamente con su propaganda sobre la orden recibida; también es de suponer que la orden inicial salió de la mujer que despacha en Palacio Nacional; maniobra muy burda, pues es bien sabido que Claudia no es persona que albergue esa clase de sentimientos tan nobles; lo de ella es el disturbio, la agitación política, la provocación, la protesta, la guerrilla, la confrontación, pero nunca le dieron una ojeada ni hojeada a la historia para enterarse que no sería la primera mujer en dar el grito, y si se enteraron, lo ignoraron y decidieron robarse un hecho histórico que no le corresponde y que afortunadamente aquí está la Historia para desmentirlo.
Lo que sí le corresponde a ella, es que es la primera mujer que como Presidente de la República, da el Grito de Independencia y punto, párele de contar.
El acceso de la mujer mexicana a la vida nacional
Durante siglos, la mujer en el Virreinato y después en el México independiente fue menospreciada y ninguneada, no tenía valor social, la mujer era considerada solo para tener hijos y criarlos, así como las labores en el hogar, esa era toda la función que se le otorgaba a la mujer; hasta que en 1884 surge la primera feminista en la figura de Laura Wright, quien fundó la asociación “Violetas del Anáhuac”, buscando la justicia social y la igualdad jurídica entre hombres y mujeres; la mecha prendió, surgiendo cientos de mujeres lidereando grupos feministas, pero seguían sin justicia.
El 6 de abril de 1952, el entonces candidato a la Presidencia de la República, el Mayor de Caballería y Contador Público, Adolfo Tomás Ruiz Cortines, logró reunir a más de veinticinco mil mujeres en un acto de campaña, ahí les ofrece como promesa de campaña, una reforma constitucional que le permitiera a la mujer mexicana votar y ser votada para cargos de elección popular; seguramente todas esas mujeres salieron de ahí pensando que una vez más habían sido engañadas.
Y Ruiz Cortines les cumplió, el 17 de octubre 1953, ya como Presidente de la República, son publicadas en el Diario Oficial de la Federación, las reformas constitucionales que le otorgan a la mujer mexicana el derecho a votar y ser votadas, así como postularse a los diferentes cargos públicos y ejercer su nuevo derecho constitucional a participar en la vida política de México.
De Gritos a Gritos
La ceremonia del Grito de Independencia es el evento cívico, histórico, patriótico y cultural más importante en el calendario mexicano, es la fecha en que los mexicanos expresamos todo nuestro fervor patrio y nuestro orgullo de mexicanidad; aunque en realidad el Cura Miguel Hidalgo inició con el levantamiento durante la alborada del 16 de septiembre de 1810, misma fecha que José María Morelos solemnizó en el Congreso de Chilpancingo en 1813, por lo tanto, esa es la fecha verdadera del inicio de la Guerra de Independencia; sin embargo, desde 1824, durante el gobierno del General Guadalupe Victoria ya la gente celebraba la fecha desde el 15 de septiembre de manera espontánea con las muy populares “verbenas de la víspera”, llamadas así porque desde el día 15 la gente comenzaba a festejar la fecha del inicio de la lucha por nuestra independencia.
En 1896, el Presidente de la República, General Porfirio Díaz, por medio de un decreto ordena trasladar la Campana de Dolores, desde Dolores Hidalgo, Guanajuato hacia el Palacio Nacional y aprovechando que la población comenzaba los festejos de independencia desde el día 15 de septiembre, mediante otro decretazo “ajusta” la fecha de la Ceremonia del Grito para que cuadre con la fecha de su nacimiento: 15 de septiembre a las 11:00 de la noche y por ese motivo el grito se de ese día y a esa hora, aunque la fecha oficial es el 16 de septiembre.
La Ceremonia del Grito de Independencia es nacional, se lleva a cabo en todas las cabeceras municipales y capitales del país, en el mismo día y a la misma hora, en donde alcaldes y gobernadores llevan a cabo la patriótica ceremonia, ante la ciudadanía reunida para festejar nuestra histórica fecha; dentro de toda esa enorme cantidad de ceremonias del grito en toda república mexicana, destacan dos y solo dos, son las más preponderantes e importantes de todas las ceremonias del grito y son: la ceremonia de la Ciudad de México, encabezada por el Presidente de la República y la ceremonia en la Ciudad de Dolores Hidalgo Cuna de la Independencia Nacional, Guanajuato (ese es el nombre oficial de la ciudad), encabezada por un representante personal designado por el Presidente de la República; esas son las
dos ceremonias del grito más relevantes y que acaparan la mayor atención y cobertura en todo el país. En el extranjero, la ceremonia del grito se da en todas las Embajadas y Consulados de México en el mundo, encabezadas por sus respectivos titulares; en ciudades muy específicas con un alto índice de población mexicana, como San Diego y Los Ángeles en California; Phoenix, Arizona; Austin, Texas; Nueva York, N.Y.; Madrid, España; así como en las ciudades de París, Francia y Bruselas, Bélgica (en estas dos últimas la ceremonia del grito se lleva a cabo por afinidad cultural, les gusta mucho y disfrutan la ceremonia); en todos estos casos excepcionales, la ceremonia la encabeza ya sea el Embajador de México o un representante personal del Presidente de la República.
Las mujeres dando el Grito de Independencia
Con el fin de disipar los humos, de bajarle a los aires de grandeza y limar las garras de dictadora que ya le asoman a la Señora Presidenta, vamos a ver cómo otras mujeres mexicanas, mucho más valiosas, valerosas y valientes que ella, han encabezado ceremonias del grito, incluso desde antes que ella naciera.
+ María Teresa de la Peña, 1953 en Durango, Durango
En un hecho histórico, ella fue la primera mujer en encabezar el Grito de Independencia y fue en la ciudad de Durango, sin embargo el hecho es poco conocido por tratarse de una ciudad “de provincia”, como se le llamaba entonces a todo lo que no fuera Ciudad de México, además una ciudad muy alejada del centro del país, un hecho histórico que la historia oficial terminó por sepultar; también, la forma en que sucedió este hecho puede haber influido en el poco conocimiento del mismo en todo el país.
Ya desde 1952 soplaban vientos de cambio muy favorables para la mujer mexicana, el candidato Ruiz Cortines en campaña, había prometido el voto libre para las mujeres y en 1953 el Congreso hizo las reformas constitucionales para lograrlo, por lo que prácticamente era un hecho consumado y flotaban ya en el ambiente político nacional los cambios prometidos y por supuesto, muchos políticos se aprestaban ya a aplicar dichas reformas para congraciarse con el Presidente Adolfo Ruiz Cortines; de manera casual, en Durango se presentó una coyuntura que fue aprovechada.
Aunque los motivos del hecho están poco claros y no existe mucha información al respecto, se sabe que por alguna razón que no conocemos, justo el 15 de septiembre de 1953, el mismo día del grito, el Presidente Municipal de Durango, el Lic. Epifanio Alanís Návar deja el cargo, el Gobernador del Estado de Durango, Prof. José Ramón Valdés, quizá deseando congraciarse con el Presidente, decide que sea la señora María Teresa de la Peña quien ocupe de manera interina la Presidencia Municipal y se encargue de encabezar la ceremonia del grito en Durango; tampoco se sabe de dónde provino esta mujer, o qué cargo ocupaba antes de lo sucedido, lo cierto es que ella fue la primera mujer en dar el grito de independencia en México. El 17 de septiembre de 1953, un día después, el Congreso del Estado designa al Profesor y Abogado Francisco Celis Méndez como Presidente Municipal de Durango; a pesar de todo, María Teresa de la Peña ya había hecho historia.
+ Amalia González Caballero de Castillo Ledón, 1959 en Dolores Hidalgo, Guanajuato
Esta notable mujer fue la que acaparó los reflectores de la historia, tal vez por su destacado curriculum y su liderazgo en las luchas feministas, al grado tal que muchos historiadores la consideran como la primera mujer en dar el grito de independencia, sitio que tampoco le corresponde, no siendo obstáculo para que demos una revisada a su brillante trayectoria. Amalia nació en Santander de Jiménez, Tamaulipas en 1898, se casó con el político nayarita Luis Castillo Ledón; a pesar de su activismo en pro de la mujer, Amalia siempre llevó con orgullo su nombre de casada.
Desde muy joven se inició en el activismo feminista, fundando varios clubes feministas; siendo escritora y profesora, se dedicó a dictar conferencias en varios países; fundó el Ateneo Mexicano de Mujeres, la Sociedad Mundial de
Mujeres, el Club Internacional de Mujeres y Trabajadoras Intelectuales; siendo su esposo Gobernador de Nayarit, Amalia fundó la Universidad Autónoma de Nayarit; fue la primera mujer mexicana representante de México ante la ONU; fue la primera mujer mexicana en ser Embajadora (estuvo cinco años como Embajadora de México en Suecia); como presidente de la Comisión Interamericana de Mujeres, logró incorporar dicha Comisión a la OEA; fue la primera mujer en el mundo, en ser Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU; fundó la primera red de guarderías en México, y así podemos seguir mencionando instituciones y escuelas fundadas por esta brillante mujer, pero lo que nos atañe es su participación en el Grito de Independencia, así que vamos a ello.
Amalia González Caballero de Castillo Ledón, al ser la primera mujer Embajadora, se convirtió también en la primera mujer que dio el Grito de Independencia en el extranjero y lo hizo justo en 1953 el mismo día que María Teresa de la Peña lo hacía en Durango, ella lo hacía en Estocolmo, Suecia, claro que con la diferencia de horarios. Cumplida su labor diplomática en Suecia, Amalia es requerida en México por el Presidente entrante, Adolfo López Mateos, quien la nombra Subsecretaria de Educación Pública y Cultura, convirtiéndose así en la primera mujer mexicana en formar parte del gabinete presidencial.
El 15 de septiembre de 1959, el Presidente Adolfo López Mateos designa a Amalia González Caballero de Castillo Ledón como su representante personal para encabezar la ceremonia del Grito de Independencia en Dolores Hidalgo, Guanajuato, el segundo grito más importante del país; la historia oficial registró el histórico hecho y quizá por la importancia y la relevancia política de Amalia, aunado su impresionante curriculum, la historia haya desplazado a María Teresa de la Peña, a quien nada ni nadie le quitan su hecho histórico y su lugar en la historia.
Las puertas se abren completamente
Las puertas de la justicia y la igualdad jurídica se abren de par en par a la mujer mexicana, quienes se volcaban en las urnas a ejercer su derecho al voto; aunque en un principio, muy tímidamente se aventuraban a postularse para cargos de elección popular, lo hacían a través de alguna Regiduría o una Sindicatura, después una Diputación Local, luego una Diputación Federal y después por alguna Senaduría; así, las mujeres se fueron dando cuenta de que la gente sí votaba por ellas, que sí les otorgaban su confianza a través del voto y es entonces que se comienza a fortalecer la presencia femenina en la política nacional.
A partir de aquí, se desencadena el potencial político de la mujer mexicana, comenzaron a surgir no solo diputadas y senadoras, sino que centenares de mujeres son también electas como alcaldesas y presidentes municipales y gobernadoras, cambiando para siempre el panorama y el tablero político de género; a partir de 1959 y hasta el 2015, centenares de mujeres encabezaron ceremonias del grito, ya fuere como alcaldesas o como gobernadoras, ya no era novedad, era una realidad y un derecho que en justicia merecían y lo habían logrado.
+ Rosario Robles Berlanga, 2015 en Dolores Hidalgo, Guanajuato
Hubieron de pasar 56 años antes de que otra mujer encabezara la ceremonia del grito en Dolores Hidalgo, Guanajuato, cuando en 2015, el Presidente Enrique Peña Nieto designa a la Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Rosario Robles Berlanga como su representante personal a dicha ceremonia. La ceremonia del grito en Dolores Hidalgo tiene una enorme cobertura por los medios de comunicación, en esta ocasión, los medios aprovecharon no solo para reconocer el hecho, sino también para señalar que, con tanta apertura y paridad de género, hubiesen tenido que transcurrir casi seis décadas para que otra mujer fuera a Dolores Hidalgo.
+ Olga Sánchez Cordero, 2019 en Dolores Hidalgo, Guanajuato
Para la ceremonia del grito de 2019 en Dolores Hidalgo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador designó como su representante personal, a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; al anunciarse la designación, se dijo que sería la primera mujer en dar el grito, otro error, o no conocen la historia o se hacen tontejos; la prensa crítica y las redes sociales ardieron y les aplicaron el término de “gandallas”, tanto al Presidente, como a la Secretaria y al partido Morena, apodo que se les quedó y les quedó muy bien.
La Oficina de Prensa de la Presidencia se apresuró a emitir un boletín, corrigiendo el error y al estilo de “lo que el Presidente quiso decir”, maquillaron la pifia diciendo que “sería la primera mujer que como Secretaria de Gobernación encabezara la ceremonia del grito en Dolores Hidalgo, Guanajuato”. La señora Sánchez Cordero no fue tan bien recibida por la gente, debido a su escandalosa salida de la SCJN y a su inoperancia como Secretaria de Gobernación, así como por el “agandalle” que pretendieron hacer del evento, pero hubo civilidad y no pasó de ahí.
+ Libia Dennise García Muñoz Ledo, 2025 en Dolores Hidalgo, Guanajuato
Hecho histórico negativo: en 2025 la Señora Presidenta decide romper con 200 años de tradición y no enviar ni designar representante personal al grito en Dolores Hidalgo, Guanajuato (si está rompiéndole la madre a su propio país, que no pueda romper una tradición), la explicación es para tarados y para sus seguidores, quienes por lo general tienen un bajísimo nivel neuronal, según explicaron, resulta que: “No hubo “representante presidencial” en Dolores Hidalgo en 2025 porque la figura de “representante presidencial” para un municipio específico como Dolores Hidalgo no es un concepto que exista en el sistema político mexicano, por lo tanto, el representante del municipio es el Presidente Municipal”. Así es de que ¿cómo la vé estimado lector?, con esto la Señora Presidenta pone de manifiesto que no “gobierna” para todos y menos para los Estados que son opositores a su fatídico y cada vez más autoritario régimen.
Hecho histórico positivo: al no haber representante presidencial, el grito de independencia en Dolores Hidalgo, Guanajuato fue encabezado por la joven Gobernadora del Estado de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo (42 años) de filiación panista y quien de paso se convirtió en la primera mujer Gobernadora de Guanajuato en encabezar el grito en Dolores Hidalgo. Para darnos una idea de la importancia y el arraigo que tiene el grito de independencia en esta región, se lleva a cabo una cabalgata por la ruta de la independencia que recorrió el Cura Hidalgo, desde Dolores hasta la Ciudad de Guanajuato, donde tomó la Alhóndiga de Granaditas y se recrea mediante una representación escénica todo el acto del Cura Hidalgo en aquella lejana fecha de 1810, posteriormente se da el grito y se suelta la pirotecnia para dar paso a la fiesta total, que en este año se presentaron nada menos que Los Tigres del Norte, Pepe Aguilar y el Grupo Firme; de ese calibre es la importancia de este evento cívico para los guanajuatenses.
Mientras tanto en Palacio Nacional…
Después de hacer añicos una tradición de dos siglos y no enviar representante a Dolores Hidalgo, la Señora Presidenta se mostró políticamente incorrecta y altanera y cívicamente ignorante, grosera y necia, esa misma necedad bruta que le transmite quien la maneja, el señor de Palenque; esa necedad obstinada y visceral en la que descartan todo aquello que sea del pasado y que no haya sido obra, idea o iniciativa de ellos y así, bajo esas circunstancias la Señora Presidenta preparaba el grito, “su grito”.
Ella preparó muy bien su grito, sabía que era su momento histórico y que ella y nadie más que ella sería el centro y el foco de atención de todo el espectáculo cívico, puesto que protagonizaría un hecho histórico nunca antes visto en México ni por ningún mexicano: la primera mujer Presidente de la República encabezando su primera ceremonia del Grito de Independencia desde el balcón de Palacio Nacional, ante un zócalo abarrotado (más adelante hablaremos de
cómo lo abarrotaron); quizá por eso, para no perder protagonismo decidió ningunear y pisotear a Dolores Hidalgo, la cuna de nuestra Independencia, en donde más que acongojarse por la sobajada y el desaire que la Señora Presidenta les hizo, lo organizaron, lo celebraron y lo festejaron con toda su mexicanidad, de tal manera que algunas crónicas del evento ya comenzaron a señalar que la ceremonia principal del Grito de Independencia debiera ser en Dolores Hidalgo de forma permanente, desde luego con la presencia del Presidente de la República.
Debemos reconocer que la Señora Presidenta no descuidó ni un solo detalle, ella lucía elegante pero sobria, con una pulcritud en su atuendo que hacía resaltar de forma brillante la Banda Presidencial, dicha pulcritud presente también en su persona, con su clásica colita de caballo perfectamente arreglada, maquillada con lo necesario, lucía muy bien la Señora Presidenta en sus movimientos y su desenvolvimiento en el escenario del evento, muy bien coordinada, nunca titubeó ni se mostró nerviosa, ella sabía que tenía que mostrar la solidez y el porte de quien ostenta el poder y porta la Banda Presidencial y mostrarse como una figura fuerte y salir bien librada en esos breves minutos durante los que pasaría a la historia como la primera Presidenta de la Republica en encabezar una ceremonia del Grito de Independencia, nada más, solo ese fue su momento histórico.
En cuanto a su mensaje, cuidó mucho la dicción y la entonación de las vivas y de los nombres de nuestros personajes históricos, de manera que no se produjera ningún error ni de dicción, ni de lectura, ni de memoria; se notó que ensayó muy bien toda su participación; en lo que se refiere al hecho de suprimir los apellidos de casadas de nuestras heroínas, con el fin de quitarles todo vestigio de dependencia masculina y borrar la presencia varonil, también fue algo que se comentó mucho, en mi opinión personal no pasa nada, puesto que ya no se usan los apellidos de casada y además, ninguna mujer nace casada, sino con los apellidos de sus padres, así es que por ese lado está bien.
El problema aquí es que tanto la eliminación de los nombres de casadas, como su mensaje feminista, cada vez se notan menos pro mujeres y más anti varones, que no es lo mismo que feminismo, se le advierte una tendencia creciente ya no tanto a promover a la mujer, sino a devastar la figura varonil, situación que fue más que evidente cuando en varias ocasiones durante el acto cívico, reprendió, reconvino y corrigió duramente a su esposo, quien se veía realmente torpe, desubicado, nervioso y fuera de lugar, situación que generó millonadas de memes en redes sociales. En términos generales, la Señora Presidenta aprovechó muy bien los cinco minutos en los que pasó a la historia, no como la gran salvadora, emancipadora y reivindicadora de la mujer mexicana, sino únicamente como la primera mujer Presidenta de México en dar el grito, hecho verdaderamente histórico, pero hasta ahí, solo eso.
En lo que se refiere a los asistentes a la ceremonia, se supo por quejas de varios funcionarios a quienes se les ordenó llevar determinado número de acarreados, so pena que de no cumplir con la cuota de personas, les serían retirados sus respectivos huesos, lo que generó molestias y varios se quejaron de manera anónima, así llenaron el zócalo y el desfile del día siguiente; lo más gracioso del asunto, es que tanto el aparato oficial como el partido Morena sistemáticamente niegan el acarreo en sus eventos y basta con solo caminar un par de cuadras del evento, para ver los cientos y cientos de acarreabuses estacionados y los choferes platicando y disfrutando de su clásica torta del chavo y su Frutsi.
Referencias Bibliográficas:
+ cndh.org.mx
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+ cronicadelpoder.com
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