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El presidente de Ucrania hizo saber que Rusia está planeando lanzar dos ofensivas importantes antes de que termine el año, con el objetivo de ocupar por completo la región del Donbás. Señaló que, aunque Moscú ya controla parte de Luhansk y Donetsk, aún no tiene dominio total ni capacidad para tomar ciudades grandes como Sumy.
Ucrania denunció que Rusia ha sufrido pérdidas significativas tanto en personal como en equipo, pero aun así busca renovar su esfuerzo militar. El gobierno ucraniano insiste en que se requiere más ayuda externa, especialmente con generación de drones y sistemas de guerra electrónica, para contrarrestar los ataques.
El presidente también expresó disposición para dialogar con los líderes rusos, incluyendo al de Rusia y al presidente de Estados Unidos, sin condiciones previas. Considera que la diplomacia debe coexistir con la defensa fuerte, pues solo una combinación de ambos puede asegurar una solución sostenible.
Además, advirtió que la ocupación del Donbás podría prolongarse y costar muchas vidas si no se actúa pronto. Calculó que el número de pérdidas puede elevarse considerablemente, tanto civiles como militares, si la comunidad internacional no interviene con recursos suficientes.
Ucrania ya ha demostrado avances territoriales en ciertas zonas, pero estos avances enfrentan resistencia constante, bombardeos, interrupciones logísticas y ataques a la infraestructura crítica. La guerra ha ido dejando ver la importancia de la capacidad defensiva moderna y tecnologías como drones, comunicaciones seguras y guerra electrónica.
Pedir más apoyo financiero y material no solo es una estrategia de necesidad inmediata, sino una apuesta a que aliados como países occidentales mantengan su compromiso. Sin ese respaldo, Ucrania considera difícil sostener deficiencias frente a un adversario con recursos mayores.
El gobierno también hace notar que aunque hay cansancio internacional por la duración del conflicto, la estrategia rusa podría intensificarse si no hay una respuesta sólida. Esa posibilidad mantiene en alerta alta tanto a fuerzas militares como a civiles afectados por el conflicto.
Políticamente, la guerra tiene repercusiones domésticas fuertes en Ucrania: movilización, sacrificios de población civil, desplazamientos. También influye en cómo otros países deciden su política exterior, su ayuda militar, sanciones y alianzas.
En resumen, esta noticia indica que la guerra entre Rusia y Ucrania va para largo, que Rusia prepara ofensivas, que Ucrania requiere de apoyo tecnológico y militar, y que el escenario político internacional sigue siendo clave para definir qué tan fuerte o prolongado será el conflicto.
