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Por: José Luis Jaramillo Vela
No era rico, pero tampoco de cuna pobre, al igual que Zapata
Manuel Palafox Ibarrola nació en la Ciudad de Puebla en 1887, sus padres, Ismael Palafox y Antonia Ibarrola pertenecían a la clase media poblana, por ese motivo pudieron darle a su hijo Manuel los estudios de Ingeniería; al terminar su carrera, el joven Palafox trabajó como ingeniero y administrador en varios ingenios azucareros, desde Valle Nacional en Oaxaca, en la hacienda azucarera de Zacatepec, Morelos hasta los ingenios azucareros de Navolato y Ahome, Sinaloa; en esta etapa comienzan a manifestarse en Manuel Palafox sus virtudes y defectos, mismos que lo destacaron como un hombre brillante y que después terminaron por apagarlo.
Manuel Palafox era un buen ingeniero, un gran administrador, un hábil negociador y muy buen gestor, organizador e interlocutor político, sabía mandar y dirigir, al mismo tiempo sabía acatar y obedecer instrucciones y respetar mandos y jerarquías. Sin embargo, también se manifiestan sus dos más grandes defectos: su homosexualidad y su enorme capacidad para crear intrigas, chismes y chirinolas, así como generar grillas, rumores y conflictos
Ambos, virtudes y defectos los llevó toda su vida; de su homosexualidad, hoy que vivimos en un mundo al revés, podría parecer una virtud intocable, pero en aquella época era muy mal visto y criticado, pues imperaba en México un aplastante machismo; de su capacidad política e intrigante, en muchas ocasiones le jugaron a favor y otras en contra… o en contra de sus jefes, que era peor. Debido a eso, se ganó el apodo de “El Ave Negra”.
Manuel Palafox conoce a Emiliano Zapata
La vida de Manuel Palafox estaba muy alejada de la de Emiliano Zapata, uno trabajando y el otro ya levantado en armas en la Revolución Mexicana; en 1911, Manuel Palafox se desempeñaba como administrador de las Haciendas de Santa Clara y Tenango, ambas en el Estado de Hidalgo y era el hombre de confianza del propietario Don Luis García Pimentel; un buen día de octubre de 1911, Emiliano Zapata se presenta en las haciendas de Don Luis García Pimentel,
para exigirle el pago de cuota “para apoyar el movimiento revolucionario”, como respuesta, Don Luis envió a su hombre de confianza Manuel Palafox a negociar; Palafox hábilmente negocia con Zapata, de la cantidad que exigía el Caudillo, Palafox le redujo un 40 % y lo dividió en dos, “es lo que te podemos dar y en dos pagos, te llevas la mitad ahorita y la otra mitad en un mes”, Zapata le dijo “Acepto, pero tú te vienes conmigo” y se lo llevó.
En este punto, hay controversia, algunos historiadores, los menos, creen que Zapata se lo llevó como garantía para recibir el segundo pago de la extorsión; sin embargo, la gran mayoría creen que ambos se reconocieron como homosexuales y tal vez haya surgido un chispazo entre ellos y Zapata haya decidido llevárselo para tenerlo cerca de él. En el primer supuesto, Zapata nunca raptó a nadie como garantía para exigir un pago. En el segundo supuesto, Zapata mantuvo a Palafox como “prisionero” con todas las comodidades y lo visitaba, según él para asesorarse.
De cualquier manera, Palafox sí asesoraba a Zapata en muchos asuntos que el Caudillo no comprendía, de esa manera Palafox se fue ganando la confianza de Zapata.
Sueltan al “Ave Negra” y desparrama talento político y negociador
En 1912, Emiliano Zapata y los hermanos Emilio y Francisco Vázquez Gómez, cada quien por su parte, rompen con Francisco I. Madero, a quien acusan de traicionar los principios básicos de la Revolución Mexicana, exigiéndole que se apegue a lo que dice el Plan de San Luis, proclamado por el mismo Madero y de cuyos principios se había ido alejando; los hermanos Vázquez Gómez se exiliaron en Estados Unidos, amenazados por dos traidores de marca registrada: Pascual Orozco, padre e hijo; allá redactaron el “Plan de Tacubaya”, apoyado por Paulino Martínez, Policarpo Rueda y Francisco Guzmán, quienes lo proclamaron en México. En el Plan de Tacubaya se reconoce a Emilio Vázquez Gómez como Presidente Legítimo de México.
Mientras, Emiliano Zapata, quien carecía por completo de tacto, instinto y capacidad política, envía a Manuel Palafox a Estados Unidos para manifestarle a Emilio Vázquez Gómez que él y el Ejército Libertador del Sur lo apoyaban y lo reconocían como Presidente Legítimo de México. Palafox va a Estados Unidos y se reúne con Emilio Vázquez Gómez, a quien en todo momento lo trató como “Señor Licenciado”, respetando su jerarquía política, haciendo una verdadera y completa exposición política de lo que representan Emiliano Zapata y el Ejército Libertador del Sur, de sus ideales y su lucha y de cómo son muy parecidos ambos personajes, para terminar declarándole el apoyo incondicional de Zapata, reconociéndolo como Presidente Legítimo de México. Antes de regresar Palafox a México, Vázquez Gómez le entrega un sobre sellado para entregárselo a Zapata. En esa carta, Vázquez Gómez hablaba maravillas de Manuel Palafox, como negociador político.
De regreso en México, el Presidente Madero desea negociar con Zapata una reconciliación, el encargado de concertar la reunión en Zacatepec, Morelos fue Manuel Palafox, quien no solo concertó y organizó, sino también llevó el ritmo de la reunión con suma habilidad política, a punto estaba Palafox de lograr un acuerdo con Madero, cuando Zapata metió la pata; el Presidente estaba hablando de crear un plan de Reforma Agraria a mediano y largo plazo, cuando en eso, Zapata se levanta bruscamente y presiona a Madero: “¡Reforma Agraria ya, de inmediato!”, Madero, con toda calma le responde que se tiene que planificar y ponerla dentro de un marco legal y operativo; Zapata le revira: “¡No queremos la ley, queremos justicia!”; Madero sin perder la calma le dice: ”Mi General Zapata, la justicia se va a hacer, pero dentro de la ley”; Emiliano Zapata terminó por echar de ahí al Presidente Madero, tirando por la borda el extraordinario y fino trabajo político que había tejido Manuel Palafox, quien no daba crédito a la testarudez e ignorancia de Zapata, procediendo a hablar con él y tratar de calmarlo para que entendiera el error que acababa de cometer.
Otro error, éste del Vicepresidente José María Pino y Suárez al enviar a los Pascuales Orozco, padre e hijo a convencer a Zapata; Manuel Palafox interviene, yendo a Palacio Nacional para advertirle al Vicepresidente de ese error, ya que
los Orozco no gozaban de la más mínima simpatía del General Zapata, aún así, fue demasiado tarde; al cuartel general de Zapata, en Zacatepec, Morelos, se presentó Pascual Orozco padre, a tratar de negociar con Zapata (no supieron entender que si no hubo acuerdo con Madero, mucho menos con cualquier emisario), como respuesta, Zapata, así, sin más ni más, ordena fusilar a Pascual Orozco padre y enviar su cadáver a Pascual Orozco hijo.
Asesor y operador político de lujo
Emiliano Zapata era muy necio y testarudo, pero no era tonto, sabía que tenía en Manuel Palafox a un asesor y operador político de primera y decidió que él debería estar a su lado, como mano derecha y hombre de confianza, por eso le ofreció hacerlo General si permanecía en el Ejército Libertador del Sur; Palafox también se dio a desear, aduciendo que de nada serviría una buena negociación u operación política si el mismo Zapata la iba a derrumbar con sus desplantes y necedades. Por fin llegaron a un acuerdo y Manuel Palafox se quedó con Zapata.
En 1914, ya derrocado Victoriano Huerta, el General Venustiano Carranza, jefe del Ejército Constitucionalista, convoca a todas las facciones y grupos revolucionarios a la Convención Nacional Revolucionaria en la Ciudad de México, con la finalidad de formar un nuevo gobierno, una vez derrocado Victoriano Huerta; Emiliano Zapata dijo que no iba a la Ciudad de México, por lo que la Convención se trasladó a la Ciudad de Aguascalientes, pero ahí ya no fue invitado Zapata ni su Ejército Libertador del Sur, entonces el General Francisco Villa dijo que la División del Norte se retiraba de la Convención si no se invitaba al General Emiliano Zapata. Zapata fue invitado de últimas y más a fuerza que con ganas; aquí Palafox intervino diciéndole a Zapata que debía asistir, de lo contrario se aislaría del resto y terminarían por ignorarlo, Zapata no asiste personalmente, pero envía una comisión de 28 personas.
Para estas alturas, sobre el círculo cercano de Zapata ya andaban revoloteando zopilotes y aves de muy mal agüero como lo eran los Magonistas Otilio Montaño, Paulino Sánchez y Antonio Díaz Soto y Gama; tanto zopilote cerca de Zapata puso en alerta al Ave Negra, quien se llevó un primer desencanto con Emiliano Zapata. Resulta que Zapata envió una comisión de 28 personas, Manuel Palafox supuso y estaba seguro de que él estaría al frente de la delegación, pero no, Zapata designó como jefes de la delegación a Antonio Díaz Soto y Gama y Paulino Sánchez y como delegado suplente a Otilio Montaño, Palafox iba como enlace político de la delegación zapatista y eso le caló hondo, pues se sintió relegado, ya que por encima de él Zapata eligió a tres recién llegados.
Aún así, Palafox hizo su trabajo y con creces, incluso en la misma Convención, cuando sucede el famoso “Incidente de la Bandera”, en el que Antonio Díaz Soto y Gama, representante de Zapata, en tribuna tomó la Bandera Nacional y la arrojó al piso, llamándola “un vulgar trapo”, provocando que los cientos de revolucionarios presentes desenfundaran sus armas contra él; ahí Manuel Palafox operó con Villa, Obregón, Calles y Carranza para superar el incidente y salvar el ridículo en el que su propio representante puso a Emiliano Zapata.
En la misma Convención, Palafox también hizo alarde de habilidad y manejo político negociando con Pancho Villa un encuentro con Emiliano Zapata, la realidad era que Zapata necesitaba del apoyo de Villa, su Ejército Libertador del Sur se apagaba lentamente, mientras que la División del Norte era un temido y respetado Ejército con más de 45 mil hombres y una organización y estructura militar que muchos países envidiaban; Palafox logró que Villa aceptara ese encuentro, en donde Villa apoyó militar y políticamente a Zapata; ese encuentro fue el famoso “Pacto de Xochimilco”. Tuvo que arriesgar su vida, para poder hablar con Villa, Palafox se las ingenió para escabullirse del terrible y temible General Rodolfo Fierro, quien ya lo había amenazado: “pinche jotito, si te veo cerca de mi General Villa te voy a matar”.
Durante la Convención Revolucionaria, Manuel Palafox también utilizó sus habilidades políticas a su favor; contrario a lo que se esperaba, Carranza no resultó electo como Presidente, los operadores políticos de Villa, los Generales Felipe Ángeles y Manuel Chao operaron para que Carranza quedara fuera y resultara electo Presidente Provisional el General
Eulalio Gutiérrez Ortiz, con quien Palafox maniobró políticamente y logró colarse a su gabinete, con eso le enviaba a Zapata un claro mensaje: su profundo malestar por haberlo relegado de la Comisión.
Todavía más, haciendo gala de sus intrigas, creó tal caos dentro de la Delegación Zapatista, que regresaron a Morelos, peleados y divididos entre ellos, sin Palafox pero con la reunión con Pancho Villa amarrada y agendada, tanto en los compromisos, como el lugar, fecha y hora. Regalo de Palafox para que Zapata lo extrañara “de a deveras”.
Manuel Palafox Secretario de Estado, funda el Banco Nacional de Crédito Rural
Mientras que, en la Ciudad de México, en Palacio Nacional el Presidente Provisional, General Eulalio Gutiérrez Ortiz nombraba a Manuel Palafox como Secretario de Agricultura y Colonización, en Zacatepec, Morelos el General Emiliano Zapata Salazar se lamentaba profundamente por lo forma tan grotesca en la que había perdido a su brazo derecho Manuel Palafox; se había dejado llevar por los magonistas recién llegados, lastimó a su hombre de confianza y lo estaba pagando caro.
El Ingeniero Manuel Palafox Ibarrola fungió como Secretario de Agricultura y Colonización consecutivamente durante los Gobiernos Provisionales de los Generales Eulalio Gutiérrez Ortiz y Roque González Garza y del Abogado Francisco Lagos Cházaro; durante su gestión, Palafox hizo grandes cosas en beneficio de México y de muchos mexicanos, algunas de las cuales permanecen todavía. Como Secretario de Agricultura y Colonización, Manuel Palafox se propuso llevar las causas agraristas del Movimiento Zapatista hasta convertirlas en Políticas Públicas en favor de los campesinos. Palafox realmente estaba comprometido con los ideales agraristas del zapatismo y así lo demostró.
Él mismo creó y redactó completita la Nueva Ley Agraria, misma que fue revisada y aceptada por el Presidente Eulalio Gutiérrez y enviada al Congreso, en donde fue votada a favor y finalmente promulgada y puesta en vigor.
Ya con la Ley Agraria en la mano, estableció la Oficina Especial para el Reparto de Tierras inicialmente en los Estados de Morelos, Puebla, Estado de México y las áreas rurales de la Ciudad de México e inició con el reparto de tierras a los campesinos; como era de esperarse, Emiliano Zapata quiso colgarse la medalla como “Un logro del zapatismo que hace justicia a los campesinos”, pero fue parado en seco por el propio Secretario de Agricultura Manuel Palafox, quien rápido le contestó y muy claro a través de la prensa que publicaba lo siguiente: “Estos logros son acciones de gobierno producto de las políticas públicas que muestran el compromiso y la sensibilidad social del Presidente Eulalio Gutiérrez para con el pueblo mexicano”: Secretario de Agricultura, Ing. Manuel Palafox; con este macanazo Zapata mejor se calló, no cabía duda de que Palafox no solo lo castigaba, sino que también lo zarandeaba políticamente.
Otra de las acciones de Palafox, fue la creación de la Escuela Nacional de Agricultura (actual Universidad Autónoma Chapingo) para preparar jóvenes que conocieran y aplicaran bien las más avanzadas técnicas de la agricultura moderna. Utilizó a los jóvenes estudiantes de la ENA, para auxiliar en las tareas de reparto agrario, así como el deslinde topográfico de los terrenos entregados a los campesinos.
Una obra más de Manuel Palafox, funda la Fábrica Nacional de Maquinaria, Implementos y Herramientas Agrícolas para que hubiera implementos y herramientas disponibles y accesibles para todos los agricultores de México; junto con la modernización del Siglo XX en todas las áreas, en 1951 esta fábrica pasó a convertirse en DINA (Diesel Nacional) para la fabricación de tractocamiones, autobuses y vehículos utilitarios; estableciendo su filial SIDENA (Siderúrgica Nacional), para la fabricación de tractores, implementos y herramientas agrícolas.
Otra aportación muy importante de Palafox fue la fundación del Banco Nacional de Crédito Rural (Banrural), que después se llamó Banco Ejidal (Banjidal), para posteriormente retomar su nombre inicial, nombre con el que operó hasta su desaparición en 2003.
Carranza llega a la Presidencia y Palafox regresa con Zapata
El 1 de mayo de 1917, con la llegada de Carranza a la Presidencia, Manuel Palafox es llamado por Zapata con el fin de reincorporarse al Ejército Libertador del Sur, Palafox acepta bajo ciertas condiciones como su rango de General de División y la promesa de Zapata de encargarse de todo el manejo político del Zapatismo, sin embargo ya nada volvió a ser igual; por principio de cuentas, ahí seguían los magonistas Paulino Sánchez, Otilio Montaño y Antonio Díaz Soto y Gama, aunque en jerarquía Palafox era superior a ellos, además tenia ya el grado de General de División; entonces Palafox decidió que el Ave Negra se tenía que deshacer de esas tres aves de mal agüero.
Palafox comenzó a intrigar dentro del Zapatismo, pronto enfrentó a Otilio Montaño contra Antonio Díaz Soto y Gama, luego a estos dos contra Paulino Sánchez, más tarde a Zapata contra estos tres, el Ave Negra estaba tratando de deshacerse de quienes le pudieran hacer sombra; tanta fue la intriga que causó Palafox dentro del Zapatismo, que Otilio Montaño decidió desertar, yendo a refugiarse a un pueblo llamado Buenavista de Cuéllar en el Estado de Guerrero, sitio a donde iban a parar todos los desertores Zapatistas, a unos 30 km de Zacatepec; hasta allá extendió Palafox sus tentáculos, corriendo el rumor de que Carranza los iba a reconocer a pesar de ser Zapatistas renegados, cuando se dieron cuenta de que no era verdad, se levantaron en una revuelta contra Zapata, quien envió tropa a aplacarlos, mientras Palafox había metido ya el veneno de que Otilio Montaño había organizado la revuelta, ordenando Zapata fusilar a Otilio Montaño; mientras, en la cuenta del Ave Negra, uno menos.
Los otros dos, Paulino Sánchez y Antonio Díaz Soto y Gama vieron entonces los alcances perversos de Manuel Palafox, se dieron cuenta de que no se tocaría el corazón para deshacerse de ellos y decidieron desertar del Zapatismo, pero antes de irse hablaron frente a frente con Emiliano Zapata, haciéndole ver el motivo de su salida y advirtiendo al Caudillo sobre las peligrosas intrigas de Palafox dentro de sus filas y se marcharon, Zapata se quedó cavilando sobre las actitudes de su hombre de confianza; mientras, en la cuenta del Ave Negra, tres menos.
Para mediados de 1918, dentro de las filas zapatistas, ya se rumoraba fuerte acerca de la relación entre Zapata y Palafox, nadie había olvidado el escándalo que provocó Ignacio de la Torre y Mier, yerno del entonces Presidente Porfirio Díaz, al ser descubierto en varias ocasiones por su esposa Amanda Díaz, dándose placer con el entonces joven caballerango Emiliano Zapata; Palafox ya no ocultaba su homosexualidad, al grado de que el propio Zapata le pedía que tuviera más discreción. Manuel Palafox gustaba de los jovencitos y en las filas zapatistas había bastantes; una comisión de soldados zapatistas le presentó al General Zapata la queja acerca de los constantes acosos de Manuel Palafox hacia los soldados jóvenes; apenas estaba Zapata pensando en cómo penalizar a su principal asesor, cuando éste es sorprendido teniendo relaciones con dos jovencitos dentro de unos corrales en el pueblo de Zacatepec, de inmediato es informado el General Zapata, quien ordena traerlo a su presencia.
Después de hablar un buen rato en privado, Zapata saca a Palafox del edificio y reúne a la tropa; a la luz de las fogatas y enfrente de todos, destituye a Manuel Palafox como su Jefe de Asesores y lo degrada como General de División del Ejército Libertador del Sur, enseguida ordena enérgicamente a su hermano Eufemio Zapata: “¡Si para el amanecer no se ha ido, lo fusilas!”. Es bien sabido que, en el amor entre hombres, los celos, los despechos y las decepciones son profundos y provocan reacciones extremas, así se fue Manuel Palafox del Zapatismo.
Decadencia revolucionaria
Esa misma noche, un dolido y despechado Manuel Palafox prácticamente sale huyendo del cuartel zapatista, para refugiarse con el General Cirilo Arenas, otro zapatista renegado que ahora estaba bajo las órdenes del Presidente
Carranza; Arenas si le reconoció su grado de General de División, pero Carranza no, “Señor General de División Cirilo Arenas Pérez, si usted quiere tener ahí a Manuel Palafox y si le sirve de algo, ahí téngalo bajo su propio riesgo y responsabilidad, pero Palafox ya no es General de División; así como se respetan los grados, ascensos y sus méritos, así también se respetan las degradaciones y sus motivos; el General Zapata lo degradó por motivos bien conocidos y más que justificados”: General de División José Venustiano Carranza de la Garza, Presidente Constitucional de México.
Con semejante y atento “mensajito”, Palafox se sintió completamente desprotegido, decidió actuar por su cuenta y en noviembre de 1918 lanza un manifiesto desconociendo a Zapata e invitando a la gente del sur a unirse al Nuevo Movimiento Agrarista organizado y dirigido por él mismo, sin embargo los zapatistas renegados no le hicieron caso y los principales jefes del zapatismo, que ya lo conocían, se mantuvieron leales a Emiliano Zapata, por lo que su movimiento fracasó. El único que lo siguió, fue el zapatista renegado, el General Victoriano Bárcenas, conocido como “El Judas de la Revolución”.
Ante el rotundo fracaso de su movimiento, en agosto de 1919 en compañía de los Generales Everardo González, Tomás García, Antonio Beltrán, Octaviano Muñoz, Guillermo Rodríguez y él mismo, firmando como General, proclaman el “Plan de Milpa Alta”, en el que como primer punto desconocen la Constitución de 1917, estableciendo que la Constitución de 1857 debe prevalecer, como parte de los ideales de Juárez; por supuesto, dicho plan fracasó. En 1920 se sumó a la unificación revolucionaria de Adolfo de la Huerta, Obregón y Calles; buscó la forma de recuperar su grado de General de División, pero nunca lo logró.
Triste y trágico final del Ave Negra
Manuel Palafox Ibarrola, personaje que por sus destacadas cualidades figuró en lo más alto de la Revolución y del Gobierno Mexicano, en donde realizó acciones en verdadero beneficio de México y los mexicanos, algunas de las cuales aún perduran; por otra parte, debido a sus marcados defectos y comportamientos, cayó de la gracia de políticos y militares, empañando con sus malas acciones los enormes logros construidos con sus buenas acciones.
Finalmente, Manuel Palafox Ibarrola muere en la Ciudad de México el 25 de abril de 1959, asesinado aparentemente derivado de líos entre homosexuales, aunque en su acta de defunción se asentó que la causa de la defunción fue por “descompensación cardíaca”. Contaba con 72 años.
+ En el presente escrito no se critican ni se hace mofa de las preferencias sexuales del o los personajes aquí descritos, se mencionan por haber influido en ciertos hechos que marcaron hitos en la historia de México.
Referencias Bibliográficas:
+ congresoweb.congresojal.gob.mx
+ gqcom.mx
+ infobae.com
+ relatosehistorias.mx
+ pacogaray.tripod.com
+ reporteindigo.com
+ moderna.historicas.unam.mx
+ cultura.gob.mx
+ archivos.gob.mx + www.ags.gob.mx
+ es.wikipedia.org
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