Una pareja californiana está siendo investigada por presunto abuso infantil, negligencia y posible trata de personas, luego de que las autoridades descubrieran que eran padres legales de 21 niños nacidos mediante vientres de alquiler.
Los hechos salieron a la luz tras el ingreso de un bebé al hospital con una lesión cerebral grave, lo que desató un operativo de rescate y una investigación federal.
Los involucrados son Guojun Xuan, de 65 años, y Silvia Zhang, de 38, residentes en una mansión de más de 900 metros cuadrados en Arcadia, una ciudad ubicada a unos 20 kilómetros al noreste de Los Ángeles.
Ambos son dueños de una agencia privada llamada Mark Surrogacy Investment LLC, que hasta hace poco operaba como intermediaria entre madres gestantes y clientes internacionales.
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El caso comenzó a tomar forma cuando un bebé de dos meses ingresó el 1 de mayo a un hospital local con una lesión cerebral consistente con un traumatismo no accidental. Las autoridades locales obtuvieron una orden de cateo y, al ingresar a la residencia, se encontraron con 15 menores de entre meses de edad y 13 años de edad.
Otros seis niños estaban distribuidos en viviendas cercanas y bajo el cuidado de personas contratadas por la pareja.
Según informó el Departamento de Servicios para Niños y Familias del Condado de Los Ángeles, los 21 menores están ahora bajo custodia estatal. La fiscalía ha presentado cargos preliminares contra la pareja por peligro infantil grave y negligencia criminal, aunque las investigaciones federales apuntan a delitos aún más graves.
California permite la gestación subrogada comercial, pero el caso de Xuan y Zhang ha reabierto el debate sobre los vacíos legales en esta práctica. La pareja no solo contrató múltiples madres gestantes al mismo tiempo, sino que engañó a varias de ellas, haciéndoles creer que se trataba de un único caso de paternidad por encargo.
Una de las madres subrogadas, Kayla Elliott, de Pennsylvania, declaró a The Daily Beast que fue contratada por la pareja y se le aseguró que estaba gestando su “segunda hija”. Posteriormente descubrió que otros 20 niños ya habían sido concebidos por la misma pareja. “Fue como estar en una película de horror”, dijo. Elliott aún cursa su embarazo.
La agencia Mark Surrogacy, disuelta en junio pasado, reclutaba mujeres de distintos estados bajo contratos legales, pero según las autoridades omitía información clave sobre el destino de los menores y sobre el volumen de nacimientos que los contratantes estaban generando.
Durante el allanamiento a la residencia, las cámaras de seguridad registraron múltiples casos de abuso físico por parte de cuidadoras contratadas por la pareja.
En uno de los videos, una niñera aparece sacudiendo violentamente al bebé que más tarde fue hospitalizado. Otras imágenes muestran gritos, encierros y castigos físicos a los menores.
“Los niños vivían en condiciones similares a las de un hotel, pero sin afecto, sin estructura familiar, sin cariño alguno. Era como una guardería caótica administrada por extraños”, relató un agente del Departamento de Policía de Arcadia.
Las autoridades han iniciado procesos penales también contra al menos tres cuidadoras por participación directa en las agresiones.
Expertos en bioética y derechos humanos han levantado la voz sobre el carácter sistemático del esquema. La cantidad de menores, la despersonalización de los procesos de gestación y la falta de seguimiento médico y emocional en la crianza de los niños han generado una ola de críticas.
Kallie Fell, directora del Center for Bioethics & Culture Network, advirtió:
“Esto tiene todas las señales de una ‘fábrica de bebés’. No hablamos de un deseo genuino de formar una familia, sino de un modelo de explotación que podría encajar en la figura de trata de personas”.
El FBI colabora en la investigación y no descarta cargos federales por tráfico infantil, especialmente si se comprueba que los menores iban a ser vendidos o trasladados a otros países.
Además de los 21 niños ya nacidos, hay indicios de que al menos cuatro madres gestantes están actualmente embarazadas bajo contratos firmados con Mark Surrogacy.
La policía trabaja para ubicar a estas mujeres, que residen en diferentes estados, y garantizar su protección.
Hasta ahora, los investigadores no han encontrado pruebas de adopciones ilegales o traslados internacionales, pero los registros financieros de la pareja revelan pagos que superan los 3 millones de dólares entre 2021 y 2024, lo que hace sospechar de un esquema de lucro a gran escala.
El caso ha generado un llamado urgente a revisar las leyes de subrogación en California, donde hasta ahora se permite que cualquier persona —sin límite de cantidad— acceda a contratos con madres gestantes siempre que los documentos estén firmados ante notario y cuenten con asesoría legal.
Mientras tanto, los 21 menores rescatados han sido trasladados a hogares temporales mientras las autoridades determinan su situación jurídica. Algunos podrían ser adoptados, y otros eventualmente regresar con sus madres gestantes si éstas presentan reclamos legales válidos.
La historia de Guojun Xuan y Silvia Zhang está lejos de concluir. Las autoridades continúan recabando pruebas y analizando si existen nexos con redes internacionales de explotación infantil o si, por el contrario, se trata de un caso extremo de abuso de las leyes de subrogación vigentes.
Lo cierto es que el caso ha expuesto lagunas legales, dilemas bioéticos y vulnerabilidades infantiles, en un país que aún no logra un consenso en torno a la gestación por sustitución.
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