El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cerró la cumbre del G20 con un enérgico llamado a los líderes del grupo a acelerar sus objetivos climáticos nacionales.
«Tenemos que hacer más y tenemos que hacerlo mejor”, dijo Lula. En el último día del encuentro en Río de Janeiro, el mandatario les demandó que alcancen la neutralidad climática entre cinco y diez años antes de lo previsto.
Lula sugirió adelantar los objetivos para la neutralidad climática en 2040 o 2045, en lugar de 2050.
Da Silva señaló que 2024 es probablemente el año más caluroso en la historia en el mundo y que los desastres climáticos, como inundaciones y sequías son cada vez más frecuentes e intensos. “No hay tiempo que perder”, añadió.
Las naciones del G20 se consideran vitales en la respuesta al calentamiento global, ya que representan 85% de la economía mundial y tres cuartas partes de las emisiones contaminantes. En tanto, los líderes intentan apuntalar una respuesta global al cambio climático antes de que Donald Trump vuelva a asumir la presidencia de EU en enero.