SOMOS NUESTRA MEMORIA EL PSICÓLOGO IDEAL

Somos Nuestra Memoria

Por Boris González Ceja

“Mi hermana ha desarrollado agorafobia desde la pandemia”, dice una paciente
sobre su familiar adolescente. La agorafobia es el miedo a los lugares y las
situaciones que pueden ocasionar pánico, impotencia o vergüenza.
La pandemia de COVID-19, que inició como estado de emergencia el 30 de enero
de 2020, con una duración de 4 años, ha dejado secuelas en la vida de las y los
niños. Es fundamental hablar del tema, a fin de que se atienda esta realidad que,
hasta el momento, ha sido poco escuchada; ya que generalmente esperamos que
la población infantil sea de tal forma y dejen de ser de tal otra, pero no se les da la
confianza de ser lo que son hasta ahora, para humanizar su existencia.
Según UNICEF, el lenguaje y las habilidades socioemocionales florecen hasta los
dos años de edad, pero las y los niños más pequeños se vieron afectados por
periodos prolongados de aislamiento, que en algunos casos fueron tortuosos,
violentos y dañinos.
Con más de 7 millones de personas fallecidas por COVID-19, el duelo de los niños
requiere entenderse, sobre todo porque los adultos pasan momentos de mucho
dolor y olvidan que las y los niños también sufren y extrañan a sus seres queridos.
La educación fue una de las áreas que tuvieron más afectación en la vida de la
niñez, con procesos que no se llevaron a cabo como la convivencia cotidiana, la
importancia de estar allí de manera física y aprender con el cuerpo y el
movimiento sobre normas y procesos sociales.
Muchas niñas y niños tienen problemas con la escritura derivado de la deficiente
atención práctica y personalizada de sus cuidadores y maestros, tanto en escuelas
públicas como privadas, algo que requiere reforzarse en casa para avanzar con el
pensamiento y la inteligencia que se necesita cuando se escribe.
Una parte fundamental en el desarrollo de la niñez son los juegos, que también
fueron afectados por la pandemia: no era posible socializar y tuvieron que
adaptarse, con el saldo negativo del sedentarismo por el uso de celulares, lo que
acentúa las enfermedades crónicas como la obesidad.
Sin lugar a dudas, la pandemia en salud mental fue un duro golpe que tuvo la
infancia, y como muchas enfermedades en psicología, una ganancia secundaria:
las personas aprendieron la importancia de la salud mental, con una dura
enseñanza, pero al final un aprendizaje que se debe mantener vigente.
En realidad, la población infantil de nuestro país no ha sido escuchada por
nuestras autoridades invisibilizando sus necesidades particulares;
lamentablemente esta práctica no es privativa de las autoridades, sino también en
los hogares, que muchas veces dejan de lado a los infantes, porque se les
considera que no tienen que opinar…
De acuerdo a la agencia de la ONU para la niñez, es necesario que niñas, niños y
adolescentes tengan oportunidades de participar en relaciones y actividades
significativas para su desarrollo, incluso en momentos de crisis, poniendo en

práctica el principio del interés superior del niño, niña o adolescente como
prioridad en las estrategias de planes de crisis. Algo que en México no acontece.
Según el Estado Mundial de la Infancia 2021, el análisis más completo realizado
por UNICEF sobre la salud mental de los niños, adolescentes y los cuidadores en
el siglo XXI, incluso antes de la COVID-19 los niños y los jóvenes ya sufrían
problemas de salud mental sin que se hicieran las inversiones necesarias para
solucionarlos.
Por lo anterior se requiere invertir urgentemente en la salud mental de la niñez y la
adolescencia, con programas específicos, públicos y privados, como el que
desarrollamos con mucho cariño para esta población en
www.psicologiaydesarrollocomunitario.com
Se requiere integrar y ampliar las intervenciones basadas en pruebas en los
sectores de la salud, la educación y la protección social, con cuidados de los
cuidadores, para promover políticas de crianza positivas.
Aún queda el estigma de la salud mental, por lo que es necesario romper el
silencio que rodea a las enfermedades mentales.
Causas y azares…
 Cuando un presidente municipal se va a China a hacer un hermanamiento
con ciudades de aquel país, no sean malpensados, de todos modos, las
inundaciones, la inseguridad y los baches pueden esperar con calma; los
programas de salud mental están hechos a su medida, hasta la
gubernatura.
 La continuidad de los mismos personajes en la política nos habla de varias
cosas, además de su magnificencia: hay una corrupción endémica, o hay
mucha ineptitud en la población para gobernarse, o la ignorancia es
abismal.
 Los presupuestos anexos son un mal augurio de las cosas que se nos
vienen para atender los grandes problemas nacionales: los abusos de la
militarización y los políticos de siempre, son una lacra que se tiene que
erradicar para las próximas generaciones.
Hasta la próxima, que la existencia humana es riesgo y al mismo tiempo
aceptación del riesgo.
Conoce más en: https://linktr.ee/psicologiaparati

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