Hoy más que nunca cobra importancia la independencia del poder Judicial que encabeza la ministra Norma Piña y explica la insistencia del ganso por mantener a Arturo Zaldívar Lelo de Larrea al frente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La connivencia del ex ministro con el Ejecutivo para someter a los caprichos y la estrategia del chantaje de su patrón más allá de los límites de la Ley se aclara a cada momento y con ello también saldrán a relucir otras complicidades que explicarán la impunidad de muchos actores políticos, económicos y hasta del crimen organizado.
Por ello, el caudillo no dejará solo a su lacayo y continuará apoyándolo hasta que los dos se hundan juntos y con ello salpiquen a Julio Scherer quien orquestaba la estrategia para extorsionar a empresarios, políticos, líderes campesinos y sociales, dueños de medios de comunicación, contratistas y todo el que se les puso enfrente. La pinza se cerraba desde la Fiscalía General de la República donde Alejandro Pies Fríos Gertz Manero configuraba las carpetas de investigación con datos ciertos o falsos.
Con ello configuraban una acusación que en muchos casos llevó a la cárcel a quienes no se sometieron, sufrieron alguna venganza o para convertirlos en cómplices de los planes del tlatoani en materia política, económica y legal. Fue esa la vía que les ayudó a conseguir votos en el Congreso federal, especialmente el Senado donde más de un priista renunció a sus aspiraciones y apareció como traidor.
De ahí la importancia de que los ministros (con mayúsculas) no se amilanaran a la hora de elegir a la nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que el caudillo deseaba entregarle a sus recomendada y protegida Yasmín Esquivel Mossa de Riobóo, esposa de su consejero y contratista favorito José María Riobóo Martín.
El golpeteo en esos días fue feroz, se acusó de todo a los ministros, desde ser cómplices del crimen organizado, enriquecimiento ilícito hasta de mafiosos. El ganso no paró en sus ofensas ni en mover a sus dos instrumentos de presión: la Fiscalía General de la República y la Unidad de Inteligencia Financiera. Resistieron incluso desaires, señalamientos en las mañaneras que intentaron desprestigiarlos.
Les hicieron investigaciones para tomarlos e algún caso que los comprometiera y hasta compraron conciencias dentro de la Judicatura Federal donde Zaldívar Lelo de Larrea fue pieza fundamental, el mismo mesías tropical se encargó de desenmascararlo en febrero pasado cuando dijo que cuando aquél era presidente de la SCJN, le pedía favores, hecho que el propio jurisconsulto desmiente pero con ello tilda de mentiroso a su amo y entonces los dos quedan como falsarios ya que el expedientillo que se integra hacia dentro del Poder Judicial dijo que si ejercieron presiones sobre jueces y magistrados.
Lo cierto es que las complicidades y corrupción quedan expuestas, digan lo que digan pues ante la negación del tal Zaldívar está la confesión pública del machuchón de Palacio Nacional que elimina toda autoridad “moral” del ex ministro en torno al caso, ya que además existen hecho para demostrar su sumisión como titular del poder Judicial, incluyendo las visitas soterradas a Palacio Nacional para recibir instrucciones o recomendaciones de manera directa del jefe del Ejecutivo o de su otro siervo, el tal Julio Scherer.
Estaría muy interesante saber qué “cocinaron” en Palacio Nacional y hasta dónde salpicaría con corrupción el plumaje de la chachalaca tabasqueña. Sin duda sería uno de los escándalos más grandes en la historia contemporánea, superior incluso al número de asesinados y desaparecidos porque reflejaría lo que sucede a nivel nacional con el ala política del crimen organizado que secuestra operadores de la oposición para sacarlos de la jugada y ganen los candidatos de Morena.
Así fue como ocurrió en toda la costa del Pacífico iniciando por Sonora donde Lily Téllez y Manlio Fabo Beltrones dan cuenta de cómo la delincuencia está apoderada del estado “curiosamente” ¿gobernado? Por Alfonso Durazo Montaño, lo mismo que en Sinaloa con Rubén Rocha Díaz y ni qué decir de Colima que ocupa el nada honroso primer lugar en asesinatos a nivel nacional con la inepta o cómplice Índira Vizcaíno Silva. Entidades donde de acuerdo con el texto de Pablo Hiriart en El Financiero, la historia se repetirá. Por lo pronto, los secuestros de activistas de la oposición ya están en marcha.